Lo sucedido el pasado 24 junio en la frontera entre Marruecos y la Unión Europea es una auténtica tragedia que este Parlamento condena. Pero es el trágico corolario de la gestión de las fronteras que hace Marruecos, gestión que es una mezcla de negligencia e incapacidad unida a una indecente utilización política del drama migratorio como mecanismo para presionar a España y al conjunto de la UE.
Este Parlamento debe exigir a Marruecos el cumplimiento escrupuloso de los Derechos Humanos de los inmigrantes, la lucha contra la inmigración irregular y el tráfico de inmigrantes, pero también tiene que hacerle respetar los compromisos que ha adquirido con la UE de los que ha recibido más de 346 millones de euros. Sin embargo, el incremento de entradas vía terrestre por Ceuta y Melilla en el primer trimestre de 2022 ha sido de un 239%, la gestión de las fronteras que hace Marruecos es un auténtico desastre que sufren los inmigrantes y los ciudadanos de Melilla.
Porque hay que recordarle a Marruecos que debe cumplir con los Derechos Humanos, pero también la UE debe garantizar la seguridad de los ciudadanos de Ceuta y Melilla. Porque Ceuta y Melilla son frontera de la UE, no sólo son frontera de España, son frontera de la Unión Europea, cuyos ciudadanos merecen respeto y la seguridad que merece cualquier otro ciudadano de la Unión.
