Manuel Ruigómez Velasco, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Central de Madrid en 1914, ingresó en la Academia de Sanidad Militar el 28 de diciembre de 1915, donde obtuvo el rango de teniente médico. Después de dirigir el Hospital de Santoña, fue asignado en diciembre de 1915 al Regimiento de Infantería de Ceuta.
En 1918, solicitó su traslado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas. Participó en la acción del Zoco de Anyera, donde fue reconocido como “Distinguido”, y posteriormente en la de Beni Madam. Como agregado al tercer Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares, el 11 de julio, participó en la ocupación de Kudia Rauda, proporcionando asistencia médica en primera línea y en zonas bajo fuego enemigo a los numerosos heridos en la operación. Su actuación fue considerada distinguida, por lo que se le otorgó la Cruz Laureada de San Fernando por Real Orden el 7 de mayo de 1924.
Este jueves, en el Casino Militar de Ceuta, se presentará una conferencia sobre esta historia, dividida en tres ejes. La conferencia será impartida por Luis Irastorza, sobrino nieto de Manuel Ruigómez Velasco.
Después de más de 30 años de estudio, Irastorza guiará a los asistentes a través de un período de la historia de España muy convulso. Para contextualizar los acontecimientos de ese período, ofrecerá una panorámica general de lo ocurrido en el protectorado, profundizando en ese período de la historia a través de documentación española, inglesa, francesa y marroquí.
Irastorza, ingeniero de caminos y no historiador, consideraba fundamental conocer los hechos, especialmente debido a sus vínculos familiares. No solo por su tío abuelo y protagonista de la conferencia, sino también por su pareja. “Mi pareja es de Marruecos y tengo casa allí”, por lo que consideraba prioritario tener todas las herramientas a su alcance para tener una visión completa de los hechos.
Para Irastorza, España debe aprovechar su posición estratégica, pero también debe reconciliarse con su historia, con la historia del protectorado. “Hay que superar las diferencias que nos llevaron a un enfrentamiento muy profundo”, señala Irastorza, para avanzar en una nueva etapa de relaciones entre España y Marruecos. A pesar de las reticencias de un sector de la clase política española, España es el primer socio comercial de Marruecos, y ambos países “son más socios que enemigos”.
