HISTORIA

El monumento a Galán y García Hernández, una gran obra en el fondo del mar

Lo último que podía pensar el autor del grupo escultórico, Cándido Mata Cañamaque, era que su gran obra acabaría en el fondo del mar, tras ser arrancada de su pedestal y arrojada por encima de la balaustrada de los jardines de San Sebastián por un grupo de falangistas tras el golpe del 36.

Galán García Hernández Jaca 1930
photo_camera Retrato de los capitanes republicanos Fermín Galán y Ángel García Hernández/ C.A.

Durante muchos años, los ceutíes se asomaban al pasamano y podían ver desde lo alto, como las olas cubrían el grupo escultórico, ya que el agua llegaba hasta los bajos del jardín, antes de realizar, la obra de los terrenos ganados al mar. Y allí quedó sepultada, frente a lo que hoy es el McDonald.
El monumento se inauguró en 1932, al año de cumplirse el advenimiento de la Segunda República. Y entre los actos organizados para conmemorar este primer aniversario de la proclamación del nuevo régimen figuraba el descubrimiento de este monumento en los jardines de San Sebastián, con el fin de perpetuar la memoria de los militares Galán y García Hernández, fusilados con motivo de la sublevación pre-republicana de Jaca, en diciembre de 1930.
Para conocer el proceso de este grupo escultórico, nos tenemos que retrotraer al 27 de enero de 1932, cuando el semanario Renacimiento, dirigido por Enrique Porres Fajardo y el maestro nacional Ángel Ruiz Enciso, promueven su construcción, anunciando que se realizará por suscripción popular.
Tres empresarios de la construcción ofrecen los materiales gratis, Francisco Palma, Casimiro Massoni y Manuel Martínez Tonda, y será el prestigioso artista Cándido Mata Cañamaque, quien lo lleve a cabo.
El grupo escultórico estaba formado por un grupo de piezas donde, en su parte central, se veía un libro abierto con las fechas 14.12.30 y 14.04.31, también dos columnas con disparos, varias cadenas rotas y una bandera cruzada en el libro.
Los ceutíes se volcaron apoyando esta iniciativa pero no se llegó a cubrir la totalidad del presupuesto, 835 pesetas, y el Ayuntamiento contribuyó abonando la diferencia. Desde un primer momento, los organizadores, pertenecientes a la izquierda local, encuadrados en el partido Social Revolucionario, desean que el día de su inauguración no asista ninguna autoridad, tan solo el pueblo. Un día antes lanzan un manifiesto por las calles:
“El monumento a Fermín Galán y García Hernández, se inaugurará mañana día 14 de abril de 1932. En este acto sólo intervendrá el pueblo prescindiendo de artificios, etiquetas propias de los tiempos de la monarquía, que nos oprimía, sólo el pueblo, igual que el 14 de abril de 1931, sólo él se desbordó por las calles y plazas lleno de entusiasmo y fe en el porvenir. La reacción, que tantas trabas pusieron para abortar nuestra modesta obra, ha hecho correr por ahí, para deslucir el acto, la especie injuriosa de que los extremistas alteraran el orden”.
Unos días antes, la anarcosindicalista CNT distribuye unas octavillas animando a los ceutíes a que acudieran en manifestación a los jardines de San Sebastián. Pero la delegación del Gobierno en Ceuta, no veía bien, que se pudiera organizar una manifestación para descubrí el monumento. La policía registró la sede de la CNT, situada en la calle Linares, le clausuran el local, deteniendo a los anarquistas Miguel D’olon, Andrés Garrido, Francisco Maese, Juan Cabezas y al concejal José Torres. Acusándolos de exaltar a sus afiliados para que acudieran en manifestación al acto.
El delegado del Gobierno, Leandro Valdés, unos días antes de la inauguración se entrevistó con miembro de la comisión organizadora del homenaje, Porres Fajardo:
“El día anterior a la inauguración me llamó el Delegado, interrogándome de cómo se iban a llevar a cabo los actos, yo le anuncié que no debían asistir, ni policía, ni autoridades, ni jefes, ni el Alcalde, que este es un acto del pueblo. El Gobernador me comunica que según unos informes recibidos, varios militantes del Partido Comunista iban a izar la bandera de su partido en el palacio municipal, una vez que se inaugurara el monumento, le dije que ignoraba este asunto. Los organizadores vamos a inaugurarlo y no sabemos nada del asunto de los comunistas, ya que ese no era mi problema”.

 

Inauguración oficial
Al no querer los organizadores del grupo escultórico, que asistiera autoridad al acto de inauguración -como así se realizó- al día siguiente del acto la Corporación municipal celebró una sesión urgente para evaluar los acontecimientos. En ese pleno, varios concejales tomaron la palabra, criticando al alcalde accidental, Salvador Pulido, por no tomar medidas y por su ausencia en el acto pese a pagar el Ayuntamiento más de la mitad del monumento. Contestó que tras hacerle entrega a la comisión organizadora del importe del monumento le expusieron que no debía asistir ninguna autoridad política. Los concejales acuerdan organizar un acto institucional, para el domingo 24 de abril, también formaran parte de este acto los partidos Republicano Radical Socialista, PSOE, Radical, Federación de Estudiantes Universitarios, Cuerpo de bomberos, Guardia municipal, Comisiones militares y la Corporación en pleno. En el acto institucional ante el monumento se leyó un manifiesto, depositándose una corona de flores junto a una bandera tricolor. A continuación se interpretó, por parte de la Legión, el himno de Riego.

 

El escultor Cándido Mata Cañamaque
El prestigioso artista ceutí, Cándido Mata Cañamaque, fue el autor del grupo escultórico a Galán y García Hernández, inaugurado en los jardines de San Sebastián en abril de 1932. Aunque nació en Sevilla en 1882, el realizó toda su vida artística en Ceuta y en le Protectora Español en Marruecos y Tánger. Falleció en nuestra ciudad en 1972.
También debemos reconocer la labor de su bisnieto Francisco Mata Sánchez, por su incansable labor por dar a conocer el trabajo artístico de su antepasado.
Su producción artística es muy extensa, como apunte podíamos recordar las esculturas que coronan la fachada del Gran Teatro Cervantes de Tánger. También destacar su colaboración en distintas obras emblemáticas de la ciudad como el palacio Municipal, junto a otros como el pintor Mariano Bertuchi. La plataforma donde está instalado el monumento a González. Lo que fue el hotel Majestic, el edificio Trujillo, la Mezquita en la avenida de África.
Hasta hace unos años se podía ver el local donde instaló su casa-taller, desde 1928, en la zona del Morro, junto al antiguo edificio de la UNED. Hace unos años el Ayuntamiento dio el nombre a una plaza, con su nombre, entre las calles Duarte, Martín Cebollino y Pepe Remigio.
Si una obra destaca de este importante artista ceutí fue el grupo escultórico a Galán y García Hernández, inaugurado el 14 de abril de 1932. Con la llegada de la República, el 14 de abril de 1931, Galán y García Hernández recibieron el tratamiento de héroes nacionales. Sus rostros, reproducidos por doquier, fueron iconos del movimiento republicano y sus nombres fueron utilizados para componer canciones e himnos patrióticos.
Afín al movimiento anarquista internacional y a las aspiraciones de los grupos obreros más radicales, Galán expuso su ideario político y social en una obra teórica, cuajada de referencias utópicas para la solución de los problemas sociales, que tituló Nueva Creación.
Fermín Galán, ha pasado a la historia por ser, junto al capitán Ángel García Hernández, el defensor de la República que perdió la vida por la causa en el fallido alzamiento de Jaca de 1930. Al igual que sus dos hermanos, Francisco, que llegó a coronel del ejército republicano, y José María, que estuvo al mando del XI y XII Cuerpo de Ejército, Fermín pronto se inclinó por la carrera de las armas. Así, en 1915 ingresó en la Academia de Infantería. Sirvió en Marruecos en el cuerpo de Policía indígena y en la Legión. Participó en la conspiración de la Noche de San Juan (1926) contra la dictadura de Primo de Rivera, por lo que fue degradado y encarcelado.
Cumplió los primeros tres años de condena en Montjuich, aunque en 1930 fue amnistiado y repuesto en su grado de capitán. Poco después volvió a sublevarse y proclamó, junto al capitán García Hernández, el 12 de diciembre de ese mismo año, la República. El hecho de que ambos capitanes no esperaran a la teórica conspiración general antimonárquica y decidieran sublevarse por su cuenta explica que su movimiento no fuera secundado como cabría esperar y, tras una corta lucha, ambos fueron hechos prisioneros, juzgados en un consejo de guerra sumarísimo y fusilados en el mismo día, el domingo 14 de diciembre.
Uno de estos homenajeados, el capitán Fermín Galán, ya tenía, desde el 13 de diciembre de 1931 un busto en los jardines de la Alhambra (Puertas del Campo). Los promotores de aquel homenaje fueron el concejal y presidente de Unión Republicana, Moisés Benhamú Benzaquén, y el alcalde, Eduardo Pérez Ortiz. Aquel monumento a Galán, fue costeado por las logias masónicas de Ceuta, recordemos que durante la República en nuestra ciudad tuvimos cuatro talleres, Hércules, Hijos de Hércules, Constancia y Themis.

 

Aquella inauguración en 1932
Aquella inauguración estuvo plagada de incidentes, nos tenemos que retrotraer al 27 de enero de 1932, cuando el semanario Renacimiento, dirigido por Enrique Porres Fajardo y el maestro nacional Ángel Ruiz Enciso, promueven su construcción, anunciando que se realizará por suscripción popular.
El día de la inauguración desde primeras horas de la mañana del 14 de abril de 1932, se apreciaba una considerable vigilancia policial en los alrededores del puente de la Almina y jardines de San Sebastián. Bajo el puente había varias camionetas con guardias civiles al mando del comandante García Saro. El monumento estaba cubierto por una gran bandera republicana. A las 11,00 horas se procedió a su inauguración ante un gran gentío, con la total ausencia de autoridades y dirigentes políticos, tal y como habían pedido los organizadores. Tras descubrirse el monumento, tomó la palabra, en un encendido discurso, el director del semanario organizador, Enrique Porres, desencadenándose una serie de incidentes, que el detalló en su periódico:
“Después de mi discurso, tomó la palabra el maestro nacional Ruiz Enciso, también de la comisión organizadora, todo se desarrollaba con total normalidad, pero miembros del Partido Comunista se presentaron con sus banderas en el acto, el jefe de las fuerzas del orden, se dirigió hacia mí y me ordenó que hablara con ellos para que se retiraran, lo que yo no podía hacer al tratarse de un partido legalmente constituido y autorizado por el Gobierno civil de esta Ciudad y en todos sus actos populares, lo mismo que otra cualquier agrupación política acuden con sus símbolos.
El jefe de la policía seguía insistiéndome para que las banderas fueran retiradas. Al cabo de unos minutos veo una gran avalancha de personas que corrían dirección a la Calle Gómez Pulido ~ Rebellín ~ pudiendo observar que ello obedecía a la presencia de un gran número de Guardias Civiles, que en actitud de disparar sus fusiles y profiriendo amenazas perseguía a la multitud, llegaron las fuerzas de orden público hasta el pie del monumento donde yo me encontraba.
Permanecí de pie, sin moverme, esperándolos, lleno de indignación ante semejante provocación; un teniente que mandaba las fuerzas hizo que dos guardias me pusieran las esposas, fui detenido y conducido al Gobierno Civil y tras estar allí tres horas, me trasladaron a la fortaleza del Hacho, donde ingresé en prisión, escuche en el Gobierno Civil, cuando estaba detenido que esta carga se debía al temor de que el pueblo asistente al acto marchara a tomar el palacio municipal”.
Otro testimonio directo fue el maestro nacional Ángel Ruiz Enciso, subdirector del semanario Renacimiento y miembro de la comisión organizadora. Cuando estaba terminando su discurso ocurrieron los incidentes: “Vi como avanzaba la Guardia Civil ordenando que despejáramos el monumento y sus alrededores, yo me quedé quieto, porque mi sitio estaba allí y por lo tanto si habían de detenerme, porque huir, pero mi mayor asombro fue grande cuando me veo acosado por 8 o 10 guardias, que estaban lanzando improperios y avanzando hacia mi en actitud amenazadora, descargando uno de ellos toda su fuerza sobre mi cabeza, con la culata de su fusil, me sentí herido y caigo al suelo, en ese momento simultáneamente al recibir otro golpe, oigo varios comentarios y gracias que en aquel instante aparece un policía descubriendo su chapa acreditativa y se interpone entre los guardias y yo, evitando un mal mayor. Me llevaron a la clínica de urgencia, donde me curaron de las heridas los doctores Romero y Rovayo”.