Los salazoneros ceutíes han reclamado la instalación de un mercado de salazones –proyecto autorizado en su día por la administración- para regularizar la situación de esta industria tradicional y evitar su desaparición.
En un documento, los salazoneros detallan las medidas que, a su juicio, resultaría necesario adoptar para sostener su actividad económica. Los afectados demandan la habilitación de secaderos que cumplan con los requisitos sanitarios pues en las actuales condiciones, señalan, no es posible acceder al registro sanitario que se exige para el etiquetado legal y venta del producto.
Además, reclaman vías estables para el avituallamiento del pescado que corrijan la situación creada por la suspensión de su entrada por El Tarajal. «La entrada de materia prima es irregular, dándose casos de semanas sin llegar ninguna mercancía; la que se subasta en lonja adquiere unos precios que conllevan una subida drástica del precio del producto», se quejan los productores.
Los salazoneros demandan también medidas contra la competencia desleal que encarnan los secaderos instalados en domicilios, soluciones para reducir los trámites aduaneros que dificultan la venta del producto en países de la Unión Aduanera y avances en las condiciones de trabajo para favorecer el acceso a esta actividad de los más jóvenes. «No existe la jornada laboral, los ingresos mensuales (600 o 700 euros) no son un atractivo: ningún familiar de los maestros va a afrontar esta situación cuando de reponedor o repartidor, con menos horas de trabajo seguramente, ganarían más», se quejan los salazoneros, quienes proponen formar, al amparo de los planes de empleo, a nuevos maestros en los secaderos.
Finalmente, los salazoneros plantean la convocatoria de una mesa sobre la industria salazonera y sus posibilidades.
