Cabalgata de Feria: niños, bichos de goma y acordes musicales

Una modesta Cabalgata de Feria ha recorrido desde última hora de la tarde el centro de la ciudad

Cinco bichos de goma de taxonomía dudosa abrían el desfile de la Cabalgata de Feria que, con puntualidad exquisita, partía a la caída de la tarde desde el Foso de San Felipe. Los animales fantásticos caminaban morosamente, indiferentes al efecto que sus insólitas apariencias causaban entre el público asistente: este de procaz lengua extensible, otro con un globo ocular ubicado donde la ciencia zoológica describe la existencia del aparato excretor, alguno más con una sonrisa de sátiro probablemente inadecuada para un espacio frecuentado por menores…

Detrás de ellos, separados por una distancia prudencial establecida, con casi toda seguridad, para preservar la inocencia de los más jóvenes, se sucedían las tres carrozas que transportaban a las reinas de las fiestas.

El cierre de la comitiva fue encomendado por la organización a la banda de música de La Amargura, empeñada en interpretar piezas de marcada tradición hispana, cuyo origen cabe buscar en la reciedumbre de la raza íbera que inspiró a sus autores. Sonaban, así, los compases del pasodoble «Y Viva España» que, mecidos por el viento de poniente, recorrían la Cabalgata hasta mezclarse, unos metros más adelante, con los de la hermosa balada «Cantinero de Cuba», cuyos acordes tan indeleblemente imprimieron en el hipocampo de toda una generación de españoles los inolvidables Sergio y Estíbaliz. Y en este Cafarnaúm de notas incontroladas –los mi, re, do, si del pasodoble enredados en promiscua comunión con los mi, mi, la de la tonada del dúo de entrañable memoria-, en esta confusión sonora, perturbados por la agresión musical que no habían sido capaces de prever, consternados todavía por el imprevisible efecto causado en sus jóvenes temperamentos por la visión de aquellas criaturas de goma de las que más arriba hablábamos, los niños y niñas concentrados al paso de la Cabalgata debieron de pensar que lo justo sería prohibir a los adultos organizar este tipo de espectáculos festivos.

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