Así de tajante se ha mostrado el consejero Emilio Carreira en relación a cuanto sucede en la frontera del Tarajal. Considera que hechos aislados, como ha sido la muerte de dos porteadoras en el lado marroquí hace una semana, no afectan al turismo ya que muertes, atentados y desgracias pasan en todos los rincones del mundo y "por eso la gente no deja de viajar". En este sentido lamenta que "el esclavismo" se dé a las puertas de Ceuta en pleno siglo XXI y que haya "empresarios desalmados que no son de Ceuta, ni trabajan de forma regular en la ciudad y se aprovechen de la necesidad de cientos de personas que van a Tetuán porque ven en Ceuta la posibilidad de llevar algo de comida a sus familias". Carreira asegura que la ciudad "no puede seguir siendo el protectorado de toda esta gente ni sufrir las consecuencias de un mal gobierno en otros sitios".
En cuanto al futuro del turismo de la ciudad, Carreira tiene claro que hay que mirar en todas direcciones. Según el consejero, la ciudad puede aprovechar el turismo de tránsito hacia el exotismo de Marruecos o bien convertirse en un destino propio de fin de semana para quien no quiera aglomeraciones y quiera disfrutar de una gastronomía de calidad, un turismo de aventura y un trato personalizado. En este punto apuesta por que Ciudad, agentes económicos y comercio trabajen y aúnen fuerzas en la misma dirección. "Si estamos convencidos que el turismo en la gran baza de nuestro desarrollo económico tenemos que volcarnos con nuestros hipotéticos visitantes porque si no les tratamos como esperan de nada sirve tanto esfuerzo", asevera.
Precisamente para aumentar la llegada de turistas desde la península, el Gobierno ha puesto en marcha una iniciativa para abaratar el precio del billete del barco para turistas de fin de semana. El pliego de condiciones, según ha adelantado Carreira, estará listo para finales de mes y entonces se enviará al BOE para su posterior adjudicación. Con esta medida el Ejecutivo acaba de una de las muchas barreras que se encuentra el turista peninsular. "Esta medida va a permitir que el peninsular se acerque a Ceuta sin que esto suponga un quebranto económico sino que le cueste lo mismo que coger un taxi. En Ceuta, además, descubrirá cosas que no ha descubierto en otros lugares", concluye, al tiempo que vaticina que "Ceuta se va a poner de moda".
