A la espera de la aduana comercial

La historia de Ceuta ha estado ligada históricamente al comercio. Desde la pandemia hemos oído las promesas de una aduana comercial que impulse la economía local. La aduana no llega y nadie ha planteado un modelo económico alternativo para la ciudad

pasos de mercancías a través de las aduanas de Ceuta y Melilla 4

Desde los tiempos de la pandemia, Ceuta ha sufrido el cierre del paso comercial sin una alternativa económica viable. Los empresarios de la ciudad, mientras intentan reinventarse, resisten en parte por la esperanza de este proyecto que nunca llega. Entre dos mares, ya no somos la ciudad transfronteriza, pero tampoco hemos aprovechado de forma plena la ola digital que, dada nuestra fiscalidad, podría haber llegado desde Málaga.

La situación es insostenible para los miles de trabajadores que se dedican al transporte de mercancías entre ambos países, así como para los comerciantes y empresarios que ven cómo sus negocios se ven afectados por la falta de suministros y clientes. Muchos de ellos han tenido que cerrar sus puertas o reducir su plantilla, lo que ha aumentado el desempleo y la pobreza en la ciudad. 

Ante este escenario, la respuesta política ha sido insuficiente y tardía. El gobierno central ha mostrado su apoyo a Ceuta, pero no ha tomado medidas efectivas para presionar a Marruecos y reactivar la aduana. Tampoco ha ofrecido ayudas económicas ni planes de contingencia para paliar los efectos de la crisis. El gobierno autonómico ha reclamado una solución urgente y ha denunciado el abandono del Estado, pero tampoco ha articular propuestas concretas ni alternativas viables. 

Es necesario que se ponga fin a esta situación de bloqueo que, si salimos de los intereses territoriales, no beneficia a ninguno de los dos lados de la frontera. La aduana comercial es vital para el desarrollo económico y social de la ciudad, así como para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas y fluidas con Marruecos. Se trata de un derecho reconocido por los acuerdos internacionales y por la propia Constitución española, que garantiza la autonomía financiera y el régimen fiscal especial de Ceuta. No se puede permitir que se vulnere este derecho por intereses políticos o diplomáticos. 

Es imprescindible que se establezca un diálogo constructivo entre las partes implicadas, con el apoyo de la Unión Europea y de otros organismos internacionales, para buscar una solución negociada y satisfactoria para todos. Asimismo, es fundamental que se adopten medidas urgentes para apoyar a los sectores afectados por la paralización de la aduana, tanto desde el punto de vista económico como social. Solo así se podrá garantizar el futuro de Ceuta y el bienestar de sus ciudadanos. 

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