El fenómeno de los menores extranjeros no acompañados se está convirtiendo en un problema con mayúsculas para la ciudad, y ahora más que nunca que la cifra se ha triplicado en tan sólo dos meses.
Hasta septiembre, la ciudad acogía a 110 menores. Ahora, el número exacto es de 315 niños y 40 niñas. La jefa del Área de Menores de la Ciudad, Antonia Palomo, lo achaca a la imposición del servicio militar en Marruecos, lo que ha provocado que cientos de menores huyan y se refugien en Ceuta.
Unos datos preocupantes ya que “Ceuta no tiene capacidad de acogida para atender a tantos jóvenes”. Palomo considera que la ciudad tendría que tener 17 centros para atenderlos en condiciones. “No podemos hacer más de lo que estamos haciendo. No tenemos capacidad pero tenemos una obligación legal de prestarles esa atención”.
La jefa del Área de Menores exige cambiar el modelo de atención.
El fenómeno de los menas, tal y como explica Palomo, comienza en los años 90. “Ya han pasado 19 años desde que nos transfirieron las competencias y el fenómeno ha ido a más”.
El Estado para hacer frente a este incremento va a destinar a la ciudad 1,1 millón de euros para atender a los menas. Al mismo tiempo, el Gobierno ha asegurado que va a reservar una partida en los Presupuestos de 2019 con una cifra indeterminada también para estos menores.
“Iglús” para evitar el desbordamiento
El colapso que sufren los centros de menores en Ceuta ha obligado a la Ciudad a instalar unos módulos prefabricados para albergar a medio centenar de menas.
Los módulos, en forma de “iglús”, han sido criticados por Caballas. El partido ha recordado que este procedimiento de emergencia es la consecuencia de no haber construido un centro “apropiado” a tiempo.
Al mismo tiempo, las quejas se han centrado en el coste que va a suponer este proyecto para la ciudad: 3.500 euros diarios, un total de un millón y medio de euros durante los próximos meses.
Según la Ciudad, se trata de módulos prefabricados homologados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El Gobierno local y nacional están manteniendo conversaciones con Marruecos para frenar la entrada de estos menores, y así evitar que el problema vaya a más.
