La embajadora de Hungría en España, Eniko Gyori, ha visitado hoy la ciudad para conocer la realidad migratoria y cómo se trabaja en la frontera del Tarajal. Una visita cargada de secretismo e impedimentos al trabajo de los medios de comunicación. Con media hora de retraso y con prisas por tener que coger el barco, Gyori ha resaltado el trabajo que se hace en la frontera “con cabeza y corazón y en cooperación con Marruecos”. La embajadora, que ha justificado su viaje a Ceuta tras inaugurar la Embajada de Hungría en Andalucía, ubicada en Málaga, ha asegurado que el trabajo que se desarrolla en la frontera de Ceuta “es un ejemplo y Europa debe aprender sobre lo que Ceuta lleva años trabajando”.
Preguntada sobre qué se puede aplicar a la frontera de Hungría de lo visto hoy en Ceuta, la diplomática no ha querido entrar a valorarlo asegurando que son dos realidades distintas que comparten una realidad: ser frontera exterior de Europa. Precisamente por esa realidad le gustaría “más cooperación, solidaridad y sensibilidad por parte del resto de país de la Unión que no comparten, ni entienden qué supone ser frontera exterior”.
En relación a la valla instalada en su país tras la presión migratoria, Gyori ha defendido la actuación de su gobierno al afirmar que “nadie nos dio una solución mejor” y que Hungría no ha cerrado herméticamente su territorio. “Existen puntos fronterizos, lo que hemos cerrado ha sido la frontera verde”.
Durante su visita, la diplomática se ha reunido con el delegado de Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, y el presidente de la Ciudad, Juan Vivas.
