La presión migratoria se reduce en Ceuta un 14% con respecto a 2016
Este año han entrado en la ciudad de manera ilegal 2.252 migrantes y han sido trasladados a la Península casi 2.000 personas. Al otro lado de la frontera 1.000 subsaharianos esperan su oportunidad para acceder a territorio español, mientras tanto Marruecos se dedica a quemar sus asentamientos con el fin de alejarlos de la valla.
Las entradas masivas más numerosas se produjeron en febrero y en agosto.
En febrero, la primera fue el día 17 en el que 500 migrantes saltaron la valla de El Tarajal. En esta entrada once guardias civiles y 25 migrantes resultaron heridos.
Tres días después una nueva entrada por el vallado, en esta ocasión lo lograron 300 migrantes.
En agosto los accesos también se produjeron con pocos días de diferencia, uno el 1 y el otro el 7. Alrededor de 260 migrantes entraron.
Los argelinos y asiáticos conseguían abandonar la ciudad después de muchas protestas ya que aseguran que no se les da el mismo trato que al resto de migrantes. Actualmente, aún permanecen en la ciudad muchos de estos migrantes que siguen con su lucha. El Gobierno los está trasladando a cuenta gotas.
Desmantelando campamentos
Marruecos con el fin de mantenerlos alejados y con el objetivo de que desistan ha realizado en varias ocasiones redadas por los bosques en los que se asientan estos migrantes, llegando incluso a quemar las zonas en las que malviven.
La presión migratoria, según los datos, ha disminuido con respecto a 2016, sin embargo al otro lado de la frontera existen miles de personas esperando una vida mejor.