Lo sucedido esta noche en Marruecos sigue dejando cicatrices, y aunque la distancia geográfica entre Ceuta y Marruecos es corta, la solidaridad ha demostrado que no hay fronteras en el corazón humano.
Naryis, una ciudadana ceutí, se ha convertido en el faro de esperanza en estos tiempos oscuros. Con un llamado lleno de compasión, anima a sus vecinos a cruzar la frontera y donar sangre, un recurso vital que urge en momentos de crisis. Si bien hay quienes ofrecen ropa y otros enseres, Naryis sabe que la sangre es lo que más se necesita ahora.
Hoy, un grupo de 15-16 personas ha respondido a este llamado, demostrando que la solidaridad no conoce límites. Y mañana, a las 9 de la mañana, se espera a todos aquellos dispuestos a extender su mano amiga en la frontera, desde donde serán llevados al hospital Sania Drmel en Tetúan.
Pero Naryis no se detiene ahí. Consciente de que no todos pueden costear el viaje, se ofrece a pagar el taxi y el desayuno a quienes lo necesiten. Su número de teléfono, 606 71 52 35, se ha convertido en una línea directa de esperanza.
Ceuta ha demostrado que, en tiempos de adversidad, la humanidad y el amor prevalecen. La solidaridad de su gente es un testimonio viviente de que, juntos, podemos superar cualquier desafío.
