El artículo 15 de la Ordenanza Municipal Reguladora del Uso y Conservación de las Zonas Verdes, que regula la tala de árboles, establece que “la tala de árboles o supresión de jardines privados queda sujeta a la previa autorización de la Consejería de Medio Ambiente”. Por su parte, el artículo 17, en el capítulo de Obligaciones, indica que “todos los ciudadanos están obligados a respetar las plantas, árboles e instalaciones complementarias”. Mientras que el artículo 19, en el apartado de Prohibiciones, prohíbe expresamente “talar o podar árboles situados en los espacios públicos sin la autorización municipal expresa”. Sin embargo, el olivo del Mixto fue talado de la forma más desastrosa posible y, cuando desde el servicio de Parques y Jardines de la Ciudad habían conseguido recuperar lo poco que quedaba del árbol, alguien -con algún tipo de animadversión hacia él- ha arrancado los brotes que habían logrado resurgir.
Se trata de un árbol que llevaba tres décadas en su ubicación y que ahora parece molestar a algún vecino de la zona, que no soporta su persistencia. Un vecino nos ha hecho llegar el antes y el después de este olivo y la triste historia que arrastra desde hace un año.
Fue podado sin criterio alguno que no contaba con él permiso pertinente y que fue llevada a cabo por efectivos de Brigadas Verdes, mediante un encargo al anterior presidente de la barriada que se otorgó la potestad que no le correspondía, al decidir, de motu propio, que ese árbol debía ser taladdo. Desde la Consejería de Medio Ambiente no dieron respuesta sobre si se había realizado el informe pertinente o simplemente se había atendido a un requerimiento de un vecino poco amigo de los árboles.
Hace unos meses, tras los cambios en la Consejería de Medio Ambiente, otro vecino pedía que se dejara vivir al olivo. “Podrían seguir dando vida a ese olivo que en su día fue cortado sin motivos ni autorización, para que personal especialista le diera una limpieza de ramas y recondujera estas para que creciera sin causar molestias a los que pidieron y motivaron su tala. Su único crimen fue que sus frutos caían al suelo. ¡Ah!, esto y que recogía el dañino CO2 de la atmósfera viciada y nos devolvía oxígeno, necesario para la vida”. Pese a que la demanda fue recogida por Parques y Jardines y procedieron a realizar una poda adecuada, ahora han vuelto a cortar los “hijos” que el olivo había producido.
“Batalla perdida. Parece que no les gustan los árboles a ciertos individuos. La vida en forma de ‘hijos’ que había cogido el olivo, que fue talado ilegalmente, han vuelto a ser cortados”, se lamentaba este vecino.
Una triste historia, la del olivo del Mixto, que se niega a morir pese al empeño de algunos.
