Las autoridades deben implicarse más decididamente en la protección del litoral ceutí. Ésta es la reivindicación que ha defendido esta mañana el director del Museo del Mar de Ceuta, Óscar Ocaña, en el transcurso de la presentación de un estudio científico cuyos resultados advierten de las amenazas que se ciernen sobre las especies coralígenas.
“Necesitamos ordenar el litoral y nos sentimos decepcionados por la falta de interés de la Ciudad en la salvaguarda del litoral, particularmente de aquellos espacios declarados protegidos”, ha insistido Ocaña, quien ha propuesto el establecimiento de una zona perimetral de protección en torno a los enclaves donde se desarrollan los corales.
El estudio en el que se ha involucrado la Fundación Museo del Mar es una iniciativa internacional que nace de la inquietud de la comunidad científica por el incremento de la temperatura en el Mediterráneo. Las tres estaciones establecidas en Ceuta para la medición de la temperatura del mar son las más occidentales de una cadena de enclaves que alcanzan las costas de Turquía. En el proyecto participan más de 40 laboratorios de todo el mundo.
Las conclusiones del estudio, en lo que afecta a los coralígenos asentados en los arrefices rocosos sumergidos al pie del Hacho, alertan del progresivo deterioro de la riqueza natural submarina. Las agresiones derivadas de la intervención humana se suman a los ciclos naturales de las masas de agua en la zona, que favorecen el sobrecrecimiento de especies invasoras.
Los datos obtenidos gracias a este estudio resultan de un enorme valor científico por cuanto que las mediciones de temperatura, practicadas a profundidades entre los 30 y los 50 metros, han permitido disponer de información desconocida del mundo submarino. “Hasta ahora, sólo se manejaban datos sobre la temperatura superficial del Mediterráneo”, explica Ocaña.
El investigador ha propuesto, como medidas para favorecer la protección de los corales en peligro, la limitación de la pesca en la zona afectada. Ocaña ha insistido en que el objetivo ha de ser garantizar un espacio a todas las actividades que se desarrollan en el mar al tiempo que se garantiza la preservación de la riqueza natural.