HISTORIAS NATURALES DE CEUTA (II)

Construyendo el nido

La naturalista Isabel Mayorga es la autora de un amplio reportaje en el que se narra la apasionante historia del asentamiento en Benzú de una pareja de milanos negros (milvus migrans). Ceuta Actualidad les ofrece este interesante documento a lo largo de cuatro entregas.

MILANO

Podéis imaginaros mi ilusión y la adrenalina que me acompañó todo el día. Deseando que llegara el día siguiente para volver a ir.

El área donde se movían era amplia, por lo que aparecían y desaparecían sin más. Por ello, al día siguiente decidí moverme un poco siempre dentro de esa área. Volví a escuchar a la hembra, así que intenté seguir el sonido... Y voilà, se dejó ver de cerca, esta vez el macho. Y comenzó el baile de vuelos. Fijándome en detalle puede ver que transportaba ramas con el pico: ¡Estaban construyendo el nido!, como era de esperar.

milanoTras el éxito de las cópulas, la hembra se debe disponer para la puesta e incubación. Era asegurar la posibilidad de lo improbable, una pareja de milanos se estaba estableciendo en territorio ceutí.

Esperando con paciencia, se posaron muy cerca de mí, muy cerca del lugar en el cuál se aparearon. A partir de ahora mi gran reto no era otro que encontrar ese rincón donde dejaban las ramas, el NIDO.

No dejaba pasar más de dos días sin dar una vuelta por la zona. Y no fue fácil dar con el sitio exacto para poder tener a la pareja a la vista sin, a la vez, yo ser vista, teniendo en cuenta que a la agudeza visual de una rapaz es difícil escapar. 

Pronto la pareja disminuyó sus movimientos de posado a uno solo. Una zona arbolada poco accesible ya que está justo en un barranco, sin embargo, rodeándolo llegué a una zona despejada que tiene una vista bastante aceptable, a unos 150 metros desde abajo, desde una cota inferior. Intentaba acotar al máximo sus movimientos para descifrar el lugar exacto del nido. Así fue como durante varios días pude fotografiar los posaderos elegidos por el macho y por la hembra, los cuales usaban para comer. Y para matar el tiempo durante mi vigía, había muchas aves pequeñas que fotografiar así como de algunas pequeñas flores primaverales.

milanoLa pareja se suele posar siempre en las mismas ramas, solo unas pocas elegidas. Siempre cerca uno de otro. Su alimentación es bastante variada, en las imágenes puedo distinguir desde ratones a una gran pieza. Los milanos negros, a diferencia de otras especies de su familia es un cazador oportunista y carroñero, caza presas moribundas, dando valor a la cadena trófica en nuestro monte.

Desde mi zona de observación se puede ver al macho. Ha elegido una gran rama de un viejo pino, en la parte baja de su territorio y orientado a la zona abierta del mismo. En esa rama consume sus presas y se pueden observar los restos de las mismas que a veces son bastante grande.

milanoLa hembra, la mayor parte del tiempo estaba fuera de la vista de cualquier extraño, salvo en algunas ocasiones que salía para cazar o comer en una rama, lo que me hacía pensar que aún no incubaba ya que si no, no dejaría su puesta, elegía un lugar situado más arriba del descrito para el macho, era de suponer que, muy cerca del nido.

Los días de puestas fueron entre la última semana de marzo y la primera semana de abril, ya que fue en esos días que la hembra ya no se dejaba ver en ningún momento.

 

Descubrimiento del nido. 8 de abril, Ceuta

Ya sabía en qué grupo de pinos estaba el nido, ahora era cuestión de acercarme lo suficiente para verlo. Donde alcanzaba la vista con los prismáticos, ni rastro. Escondido en alguna copa, pero ¿qué copa?...

Comencé a tantear el terreno para decidir por qué zona sería más fácil acercarme, ya que la pequeña arboleda está bordeada por dos zonas abruptas. A izquierda y a derecha, había bastante dificultad ya que el terreno cubierto de zarzales y bruscos desniveles lo hace intransitable.

En este impasse, la pareja se deja ver remontando corrientes térmicas, mientras buscan a sus presas. Su silueta flotando en el cielo es como una cometa negra, y es por eso que en inglés a esta especie se la conoce como Black-kite.

MILANOJusto donde el macho prefería posarse al principio, cerca de la carretera, hay una bajada brusca por lo que no la consideré como opción, pero llegada a este punto, y con la ayuda de mi compañero Andrés (que me ha demostrado tener mucha paciencia estos tres meses, que todo hay que decirlo), me decidí a bajar. Camuflada con una red en la cabeza e intentando no hacer ruido, cuál fue nuestra sorpresa cuando, a tan sólo 7 metros aproximadamente ¡allí estaba!.

Bastante grande, en forma de copa y con gran profundidad, el nido destaca en la parte alta de uno de los pinos. Lo teníamos justo enfrente, pero visto desde abajo, poco se podía ver, así que fuimos subiendo hasta tener la mejor visión. Ahí estaba la hembra echada, incubando. Con un camuflaje natural perfecto de finas ramas recubiertas de líquenes que da el aspecto de bosque encantado y que hacen imposible su visión, a no ser por el empeño de encontrarlo. Tras un mes siguiéndoles la pista, di con él.

nido milano    La hembra aparece camuflada entre el ramaje,  un rayo de sol en la cabeza la delata        

El diámetro del nido es de un metro aproximadamente y un grosor de 70 centímetros. Esta gran envergadura (la media para la especie es de 80/50) deja la posibilidad de que no sea el primer año que anidan aquí o bien son unos máquinas.     

Sea como fuere, parece que la pareja vive unos de sus mejores años reproductivos y prueba de ello es esta espectacular construcción.

La paciente espera: la incubación

A partir de este momento, mis visitas al lugar eran tranquilas y lo más silenciosas posible. Elegí el mejor sitio posible desde el que iba a poder observar sin molestar con mi presencia.

El macho espera pacientemente en uno de sus posaderos. Ahí se le encuentra siempre. Incubando, la hembra no se mueve del nido y solo varía de un día a otro el sentido de la postura. Muy pendiente a cualquier ruido, a menudo se rompía el silencio con su llamada ante la presencia del macho. Este aparece ofreciéndole su presa para cuidarla, para alimentarla. Éste será su cometido durante todo el período de incubación. 

Han sido unos días con buen tiempo, con un temperatura ambiental media de 20 grados, aunque hay días en los que el viento de levante pega fuerte. Esos días me daba la impresión que la gran rama que sostenía el nido, podía caer, sin embargo, me pude dar cuenta de la fortaleza y flexibilidad de esos preciados árboles que nos purifican el aire.

Hay una investigación pionera del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre esta especie en la que se da detalle de la peculiar costumbre de adornar el nido con plásticos de color blanco con el fin de alertar de su capacidad de defensa frente a ataques.

En nuestro nido se comprueba claramente esta característica, el plástico además se va renovando conforme pasan los días. En este caso, hay que decir que, desgraciadamente, les es muy fácil encontrar este residuo por los alrededores cercanos. Y como anuncié, según el nombrado estudio, nuestra pareja debe tener 10-12 años con un nivel de decoración 50%, a la edad que se espera el máximo éxito reproductor.

milano¿Quién vigila a quién?

En plena migración prenupcial, a las 13 horas del sábado 30 de abril, el cielo era un hervidero de rapaces. En estos dos meses no había visto nada igual. Águilas calzadas, milanos y buitres sobrevolaron la zona poniendo en alerta al macho que guardaba el espacio con su vuelo y no dudaba en atacar a las que se acercaban.

milano