Salud y bienestar

Cómo el calor extremo afecta al cuerpo y cómo prevenirlo

El estrés térmico es una condición que se produce cuando el cuerpo no puede enfriarse adecuadamente ante las altas temperaturas. Te explicamos qué síntomas tiene, qué riesgos conlleva y qué medidas puedes tomar para protegerte del calor

Ola de calor - persona sudando (DALL·E)
photo_camera El calor extremo puede provocar estrés térmico (DALL·E)

El verano es una época del año que muchos esperan con ilusión para disfrutar del sol, la playa y las vacaciones. Sin embargo, este verano ha traído consigo unas cuantas olas de calor y en puertas de la cuarta que va a registrar España, hay que recordar que pueden poner en riesgo la salud de las personas.

Este sábado, Ceuta estará en aviso naranja por altas temperaturas desde las 13 horas hasta las 21 y se podrán alcanzar los 39 grados. Un calor extremo que puede provocar estrés térmico, una enfermedad relacionada con el calor que se produce cuando el cuerpo no puede regular su temperatura y se sobrecalienta.

El cuerpo humano tiene un sistema de termorregulación que le permite mantener una temperatura constante de unos 37ºC. Cuando hace calor, el cuerpo produce sudor para evaporar el exceso de calor y enfriarse. Sin embargo, cuando la temperatura ambiente es muy alta o hay mucha humedad, el sudor no se evapora lo suficiente y el cuerpo no puede perder el calor que genera. Esto hace que la temperatura corporal aumente y se produzca estrés térmico.

El estrés térmico puede manifestarse de diferentes formas, según la gravedad y la duración de la exposición al calor. Los síntomas más comunes son:

Calambres por calor: son espasmos musculares dolorosos que se producen por la pérdida de sales y líquidos debido al sudor excesivo. Suelen afectar a las piernas, los brazos o el abdomen. Se pueden aliviar bebiendo agua o bebidas isotónicas y estirando los músculos afectados.

Agotamiento por calor: es una forma más severa de estrés térmico que se produce cuando el cuerpo se deshidrata y pierde electrolitos. Los síntomas son: debilidad, mareos, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, sudoración profusa, piel pálida y húmeda, pulso rápido y débil y respiración superficial. Se puede tratar llevando a la persona a un lugar fresco y ventilado, dándole agua o bebidas isotónicas, quitándole la ropa excesiva y aplicándole paños fríos o ventiladores.

Golpe de calor: es la forma más grave de estrés térmico y puede ser mortal si no se trata a tiempo. Se produce cuando el cuerpo supera los 40ºC de temperatura y deja de sudar, lo que impide enfriarse. Los síntomas son: confusión, desorientación, alucinaciones, convulsiones, pérdida de conciencia, piel roja, seca y caliente, pulso fuerte y rápido y respiración profunda. Se debe actuar con rapidez llamando al 112, trasladando a la persona a un lugar fresco y sombreado, quitándole la ropa, aplicándole hielo o agua fría en las axilas, el cuello y la ingle, y elevando las piernas.

Para prevenir el estrés térmico por calor es importante seguir una serie de recomendaciones:

  • Beber abundante agua o bebidas isotónicas para mantenerse hidratado y reponer las sales perdidas por el sudor.
  • Evitar las bebidas alcohólicas, con cafeína o azucaradas, ya que pueden aumentar la deshidratación y alterar la termorregulación.
  • Vestir ropa ligera, holgada y de colores claros que permita la transpiración y refleje el calor.
  • Usar sombrero o gorra, gafas de sol y protector solar para protegerse del sol directo.
  • Evitar las actividades físicas intensas o prolongadas en las horas centrales del día (entre las 12:00 y las 17:00), especialmente si no se está acostumbrado al calor o se tiene alguna enfermedad crónica.
  • Buscar lugares frescos y ventilados, como el interior de edificios con aire acondicionado o sombras naturales, y evitar los espacios cerrados o con mucha gente.
  • Prestar atención a las personas más vulnerables al calor, como los niños, los ancianos, las embarazadas, las personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, las que toman medicamentos que afectan a la sudoración o la circulación, o las que trabajan al aire libre.

Siguiendo estos consejos, se podrá disfrutar de lo que resta de verano sin poner en riesgo tu salud y la de los tuyos. Recuerda que el calor extremo puede afectar al cuerpo y al cerebro, y que debes estar atento a los síntomas de estrés térmico para actuar a tiempo.