El rey Mohamed VI ha destacado que Marruecos es "un exitoso modelo de convivencia donde marroquíes, musulmanes y judíos, cultivan la comprensión cordial y el respeto hacia otras religiones y culturas".
En su discurso anual ante las dos cámaras parlamentarias con motivo de la inauguración del curso legislativo, el monarca recordó que los fundamentos del rito sunita malikita, la vertiente musulmana que se profesa en Marruecos, se basa en "el justo medio, la moderación y la apertura al otro, la tolerancia y la convivencia interreligiosa e intercivilizacional".
El rey no se refirió expresamente en su alocución al conflicto entre el grupo islamista Hamás e Israel, país con el que Marruecos retomó sus relaciones hace tres años en el marco de los Acuerdos de Abraham impulsados por Estados Unidos para estrechar lazos entre el Estado israelí y los países árabes.
Sí habló por primera vez sobre el terremoto que afectó a las montañas del Alto Atlas marroquí el pasado 8 de septiembre, dejando casi 3.000 muertos y daños en 54.000 viviendas.
En este sentido, agradeció a los "países hermanos y amigos" de Marruecos la "solidaridad y la asistencia" dada al pueblo marroquí con motivo el terremoto que azotó la región de Marrakech, tras el que ahora toca, apuntó, reconstruir las zonas afectadas y brindar servicios básicos a sus habitantes.
El monarca destacó que "a pesar de la magnitud y el desastre, la pena y el dolor dieron paso al consuelo y el orgullo al ver la espontaneidad con la que todos los marroquíes, así como los actores de la sociedad civil, demostraron de mil maneras".
