"Es impensable que reincidan", según el auto

El tribunal libera a la Manada sin conocer el precedente de Pozoblanco

El auto favorable a la libertad de los miembros de la Manada ignora el estado de la investigación sobre su delito precedente pero considera impensable que reincidan.

Sanfermines
photo_camera Los miembros de La Manada (E.D.)

Estrella Digital

El tribunal que condenó a 9 años a la Manada ahora tolera su libertad provisional mientras se hace firme la sentencia. El magistrado que ha redactado el liberador auto es precisamente el que se opuso vehemente a su condena mediante voto particular: Ricardo J. González González. Su argumento es que dado que ya pesa una condena firme sobre ellos de 9 años  de prisión ya no existe el riesgo que se esgrimía antes del fallo.

Este argumento, amén de que uno puede querer huir tanto de una condena previsible como de otra ya dictada, choca con el hecho de que hay un proceso sumarial por unos hechos similares en Pozoblanco contra cuatro de los cinco miembros de la Manada. Por tanto, sí están a las puertas de una posible nueva condena. ¿Y cómo va ese caso? El tribunal no tiene la más remota idea: "este tribunal desconoce cuál sea la situación en que se encuentra la instrucción de la referida causa de Pozoblanco, más allá de que se inició en octubre de 2016". Por tanto, ni sabe, ni le importa que esa instrucción haya acumulado indicios suficientes para presumir que cuatro integrantes de la Manada son reincidentes. Reincidentes, presuntamente, que van a volver a la calle. 

El auto, movido en su afán de promover la justeza de su liberación, arremete contra la policía municipal que requisó sus móviles y utilizaron las pruebas de un delito que no buscaban: Pozoblanco.

Pero el auto que ha liderado el fogoso juez González González no presume capacidad de reincidir a los condenados. No pueden delinquir, a su juicio, "porque han perdido el anonimato". Sin embargo, violadores muy publicitados por la Prensa volvieron a la carga tras ser liberados. El tribunal y su ponente sólo tienen que tirar de hemeroteca.

Y el elemento del anonimato perdido vale tanto para que el tribunal crea que no pueden delinquir más como sostener que la difusión de sus rostros hace imposible su fuga. Este argumento es realmente novedoso en la jurisprudencia: Bárcenas era el tesorero menos anónimo de Europa e ingresó en prisión por riesgo de fuga y, como él, decenas de cargos corruptos no menos famosos.

También considera una garantía para la víctima de Pamplona de la Manada que sus agresores viven a 500 kilómetros del lugar donde reside la víctima. El tribunal debe considerar impensable que los acusados cojan el AVE para ponerse en dos horas y media junto a su víctima y regresar a su entorno en otro tanto.

En resumidas cuentas, el ponente y la magistrada que apoya su auto, Raquel Fernandino, sostienen una fe ciega en los miembros de La Manada: "hace poco menos que impensable el referido riesgo de reiteración delictiva". En el baile de que el magistrado oponente se convierte en ponente ahora los agresores son en parte víctimas: sufrirán "unas dificultades extraordinarias para que puedan desarrollar una vida social normalizada en libertad una vez regresen a su entorno social".

Entretanto, el presidente del tribunal, José Francisco Cobo, se convierte en oponente del dictamen y defiende la permanencia de la Manada en prisión mediante un voto particular. El equilibrio del tribunal se ha invertido: ha ganado peso el magistrado más sensible al argumentario jurídico de La Manada. El abogado de La Manada se ha ganado el sueldo. Está ganando el partido por incomparecencia del contrario mientras él arrasa en cada tertulia.

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