Ceuta, ante una nueva encrucijada

Entre la realpolitik y la responsabilidad: la tesitura a la que se ha de enfrentar Vivas para sacar adelante su Gobierno sin mayoría absoluta

vivas gutiérrez

La reciente cita con las urnas en Ceuta ha dibujado un nuevo panorama político. En ausencia de una mayoría absoluta, el candidato popular a la Alcaldía-Presidencia, Juan Vivas, se enfrenta a una encrucijada que puede definir el futuro de la ciudad.

La gama de opciones que tiene ante sí es amplia: puede mantener el enfoque de negociaciones políticas herméticas y acuerdos selectivos, característicos de la política española reciente, o puede optar por una ruta distinta, iniciando un diálogo constructivo y abierto con todas las fuerzas políticas presentes en la Asamblea. De entre ellas, un gesto democrático fundamental sería que la primera llamada sea al líder de la oposición, el socialista Juan Gutiérrez.

Esta última opción parece la más sensata y responsable, especialmente en un contexto donde los desafíos son considerables. La transformación económica inminente, la gestión de las relaciones con Marruecos, la alta tasa de desempleo y la crisis de la vivienda en Ceuta son retos que exigen una acción colectiva y consensuada.

Es por ello que la tradición democrática demanda una urgente reunión de quien aspira a ser Gobierno y aquel que tiene la gran responsabilidad de ejercer el liderazgo en el control del futuro Ejecutivo. Este acto, que debería ser una prioridad, no solo sería un paso hacia la búsqueda de terreno común, sino también una demostración de liderazgo al servicio del bienestar de los ciudadanos de Ceuta.

La proximidad de las elecciones generales del 23 de julio añade una capa adicional de complejidad a esta situación. La ciudadanía observa de cerca cómo se desarrollan las negociaciones. Si Vivas muestra una actitud abierta y colaborativa, estará dando prueba de su compromiso con la ciudad de Ceuta. Por otra parte, podría surgir la tentación de retrasar las conversaciones con el líder local del PSOE ante la inminencia de las elecciones generales, un movimiento táctico que pondría la lógica partidista por delante del necesario entendimiento entre las fuerzas candidatas a gobernar tras el 23J, especialmente en un territorio donde el peso de la Administración General del Estado es innegable.

Por lo tanto, es fundamental que el candidato popular demuestre una genuina responsabilidad política. La ciudad de Ceuta necesita que Vivas trascienda el juego de poder y muestre disposición para trabajar con la oposición y garantizar la gobernabilidad. El bienestar de Ceuta está en juego, y los ciudadanos esperan acciones y decisiones que estén a la altura de los desafíos. Para el líder popular debería quedar claro que es el momento de la acción y el diálogo, y no de la estrategia política. Al contrario, antes se aclare la estabilidad local, más espacio habrá para el debate nacional.

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