Durante la sesión plenaria de este martes, mientras se debatía la creación de una comisión para la actualización del Reglamento de Participación Ciudadana, el diputado de VOX, Carlos Verdejo, dedicaba toda su atención en la red social X (anteriormente Twitter). Su interés se centraba en una información publicada en El Confidencial por Ignacio Cembrero, sobre un doble llamado de atención de EEUU a España para que reconsiderara su negativa a apoyarle en el Mar Rojo. Según Cembrero, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU y el secretario de la Armada contactaron con sus homólogos españoles para solicitar que el Gobierno reconsiderara su postura. Mientras tanto, los ministerios de Defensa y Exteriores mantienen silencio.
Para el diputado local, era más relevante compartir la información de Cembrero en las redes sociales (añadiendo su propio comentario: “no somos un país soberano. Somos una masa estatal lobotomizada, controlada por una partitocracia vendida a intereses extranjeros”) que prestar atención a las posturas de la diputada de Ceuta Ya!, Julia Ferreras, y de la Consejera de Hacienda, Transformación Económica y Transición Digital en la Ciudad Autónoma de Ceuta, Kissy Chandiramani, sobre la actualización del Reglamento de Participación Ciudadana.
Desde que Verdejo no logró obtener el codiciado escaño en el Senado, el diputado de VOX en Ceuta solo dispone de las redes sociales como plataforma para que sus seguidores conozcan sus opiniones. A menudo, Verdejo utiliza un lenguaje críptico y ha ido dejando pistas sobre su futuro político en algunos de sus posts, como el que anunciaba que en pocos días, alguien 'besaría el suelo', aunque luego fueron eliminados.
Es evidente que Verdejo ha sido relegado al ostracismo por su propio partido. En una posición secundaria, con derecho a voto pero sin voz, sus 'jefes' (Juan Sergio Redondo, Teresa López y Francisco José Ruiz, 'Pachi'), ya no intercambian palabras con él y ni siquiera abandonan la sala de plenos juntos, olvidando las antiguas sesiones de 'café' en las cafeterías de Gran Vía antes de comenzar los plenos.
Verdejo se aburre en los plenos, pese a que su asistencia a los mismos le reporta un suculento emolumento.
