Nuevo día gris y lluvioso en Ceuta. Pero al mal tiempo, buena cara, reza el refranero español, el cual sigue a raja tabla el ministro de Presidencia, y mano derecha de Sánchez, Félix Bolaños. Ese perfil serio que suele llegar a través de sus sesiones parlamentarias, ha tornado, desde que puso un pie en la ciudad este jueves, en una sonrisa marcada en el rostro que no se le desdibuja. Salía pasada las 10.00 horas de su hospedaje para dirigirse a la Puerta Noble del Palacio de la Asamblea donde el presidente de la Ciudad aguardaba su llegada desde hacía casi un cuarto de hora.
Se trataba de una visita institucional rápida. De las marcadas por protocolo. Encuentro con el presidente, firma en el Libro de Honor, y una reunión marcada por los tiempos, ya que apenas una hora más tarde Bolaños debía trasladarse a Delegación del Gobierno a presidir la toma de posesión de su nuevo titular. Pero el jefe del Ejecutivo quería exprimirla al máximo, o hasta donde pudiera. Tenía una oportunidad de oro para acelerar las necesidades de Ceuta con el ministro (quizá) con más poder dentro del Gobierno.
La mano de Sánchez se acerba al punto donde el presidente Vivas le esperaba. Éste avanza hacía al ministro. Brazos abiertos. Sonrisas marcadas. Se funden en un abrazo. El líder del Gobierno local le da las gracias por su visita. Bolaños le recuerda que Madrid está con Ceuta. “Juan, hemos aprobado un Plan que va acompañado de 350 millones de euros íntegros para Ceuta". Mensaje que se responde con una sonrisa y un pero. “Sí, pero ya sabes… hay asuntos pendientes que espero poder resolver con esta visita”, contestaba Vivas. El presidente no ceja en su empeño de hilar temas que abandera política y electoralmente, y se ha convertido en una especie de caballo de batalla. El Plan Estratégico no ha regado de tantas bondades como se esperaba. Tiene flecos que el presidente quiere atar. Con la Aduana Comercial existe un compromiso explícito por parte del Gobierno de la nación. Hay proyecto y fechas. Pero se necesita más, y los pronunciamientos públicos desde la Ciudad son de mesura y prudencia. Sin mencionar en todos esos puntos y seguidos, la frontera y su reconocimiento pleno en el espacio Schengen sin excepciones, que sigue rodeado de incógnitas y pocas pistas.
Un encuentro que se ha producido después de que el ministro plasmase su firma, previa dedicatoria de varios párrafos en el libro de Honor de la Ciudad. Rodeado del Gobierno al completo, y diputados de la oposición. “Lo que más me cuesta escribir siempre es la primera línea. ¿Qué día es hoy? Nunca sé en qué día vivo”, ha dicho Bolaños. Duda que le ha solucionado la vicepresidenta primera Deu, para pasar a sumergirse en las palabras que deja en y a Ceuta.
