Esta es la historia de un remolque épico a bordo del ‘Luz de Mar’. Un gigante de los mares, un portacontenedor de 220 metros de eslora, se quedaba sin propulsión y amenazaba con encallar en la costa de Ceuta. Solo un pequeño buque de salvamento marítimo, de 56 metros de eslora, puede evitar el desastre. Es la lucha de David contra Goliat.
Fue el domingo, 22 de octubre, a las 12:00 horas, cuando el buque CMA CGM MONTREAL lanzó una llamada de socorro. Había sufrido una avería en su máquina y estaba a la deriva, a sólo 7 millas al este de Punta Almina. El viento y las olas lo empujaban peligrosamente hacia la costa, donde podía causar un grave daño ambiental y económico.
Desde el Centro de Coordinación de Salvamento Tarifa se activó el protocolo de emergencia. El buque ‘Luz de Mar’, especializado en remolques, se dirigió al lugar para asistir al portacontenedor. Su capitán, Ángel Téllez, sabía que no sería una tarea fácil: “El tiempo era malo, como se esperaba. Los vientos cambiaban cada vez que venía un chubasco. El barco no se dejaba remolcar. El mar estaba grueso”.
El ‘Luz de Mar’ consiguió enganchar al CMA CGM MONTREAL y empezó a alejarlo de la costa. Lo recogió a menos de 3 millas del litoral. El objetivo era llevarlo a puerto seguro. A Ceuta. “Pero las condiciones meteorológicas no nos permitían doblar Punta Almina -explica el capitán-. Así que se decidió llevarlo a Algeciras”. Fue un remolque largo y duro, que se prolongó durante 14 horas, 11 de ellas en movimiento.
Finalmente, el ‘Luz de Mar’ entregó al portacontenedor a los remolcadores de puerto gaditano y al Práctico, que lo condujeron a un atraque seguro. “En el camino -narra el capitán en una publicación para Salvamento Marítimo y que esta ha transmitido en sus redes sociales- tuvimos que enfrentarnos a un montón de vicisitudes: el mal tiempo, las enmendadas constantes de rumbo y velocidad, el tráfico en el Estrecho… Por suerte, contamos con la ayuda de los compañeros y compañeras de Tarifa Tráfico y Algeciras Tráfico, que nos dieron avisos e información a los barcos que transitaban para que se mantuvieran apartados de nuestra derrota, y que arreglaron la llegada a puerto con consignatarios, Autoridades portuarias, Capitanías Marítimas, etc. Fue un trabajo en equipo. Y con una tripulación profesional cien por cien”.
"En el diario de a bordo se registró la emergencia como un remolque con resultado positivo. El resto lo añadimos nosotros: fue una gesta heroica, una batalla entre David y Goliat. Y como en la leyenda bíblica, ganó David. Ganó Salvamento Marítimo", finaliza la publicación de Salvamento Marítimo.
