14 años después, las semillas de Alcornoque empiezan a dar sus frutos

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photo_camera Las semillas se plantaron en el Monte Hacho (ARCHIVO)

En la conservación del medio ambiente el tiempo pasa muy lento. Los resultados no son fáciles de visibilizar y, cuando se consiguen, han pasado tantos años que los protagonistas no siempre pueden disfrutar de sus pequeñas “victorias”.

Por ese motivo la conservación no es rentable políticamente, y una de las consecuencias es el abandono total de nuestro medio natural por parte de nuestros gobernantes. Ante la falta de interés político, los grupos conservacionistas trabajamos de forma gratuita y silenciosa con el único objetivo de hacer del mundo un lugar más habitable.

Un ejemplo de ello fue una actividad realizada en el año 2008, en la que miembros de la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta, con la colaboración de OBIMASA, participamos en el programa “Árboles Monumentales”, promovido por la plataforma RUNA y la Fundación Félix Rodríguez De la Fuente, realizando una siembra simbólica de semillas de Alcornoque autóctono en el Monte Hacho.

Catorce años después comprobamos con satisfacción que el trabajo “simbólico” de los que dedicamos varias horas de aquella mañana de domingo ha tenido su fruto, y esos alcornoques son ya arbustos formados.

Por ello, hemos presentado un escrito a la Consejería de Medio Ambiente solicitándole que realice una gestión responsable de esos futuros árboles, cuidándolos, protegiéndolos y aprovechando la circunstancia para ir sustituyendo los eucaliptos que se encuentran alrededor de estos arbustos autóctonos, favoreciendo su desarrollo con planes diseñados por personal experto en la materia.

Esta acción es un claro ejemplo para todos los ciudadanos que piensan que ellos no pueden hacer nada por mejorar el mundo. Tal vez no podamos salvar el Amazonas, pero empecemos por mejorar nuestro entorno más próximo con pequeñas acciones como esta, el Medio Ambiente es generoso y nos premiará en el futuro.

Quedamos a disposición de la Consejería para colaborar, en la medida de nuestras modestas posibilidades, en actividades de este tipo, que consigan que Ceuta sea una ciudad más sostenible y habitable para sus ciudadanos de las próximas generaciones.

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