El olor a salitre

Vivimos en una ciudad rodeada de mar, un lujo que para sí quisieran muchas otras, pero aquí parece ser que no conseguimos ponerla en valor. 

Vivimos en una ciudad rodeada de mar, un lujo que para sí quisieran muchas otras, pero aquí parece ser que no conseguimos ponerla en valor. Esto no se ha conseguido ni a través del turismo, ni de la industria conservera, ni siquiera a través de la tradicional industria de los salazones, actividad ésta que ahora se quiere reactivar, hecho de lo cual me congratulo pues es una apuesta incluida en nuestro programa electoral desde el comienzo de nuestra singladura política.

Es más que posible que sea por este sector donde exista la posibilidad de crear empleo. Pues si por algo se recuerda esa etapa marinera de nuestra ciudad era precisamente porque se percibía ese olor a la cocción en las fábricas existentes de los productos más característicos, como la melva, caballa, bonito, atún, jurel etc, debiendo tener presente que aunque en la actualidad está todo muy mecanizado, también es cierto que estas industrias necesitan mucha mano de obra, pongamos por ejemplo la elaboración de la tradicional anchoa.

Y siguiendo con los salazones, este proyecto hay que ponerlo en valor cuanto antes, pues dado el prestigio que tiene este producto habría que trabajar en conseguir la denominación de origen para diferenciarlo de otros, estando en un momento idóneo para su puesta en marcha ya que si tenemos en cuenta  que su elaboración es artesanal, desde Los Verdes propondremos al Sepe se impartan cursos para formar a personas para estos menesteres.

Esto sí que son proyectos reales y no los que hasta ahora han tratado de poner en marcha algunos, dirigidos todos a lo mismo, hacia algo que saben que no crea puestos de trabajo, a lo sumo una recolocación de los que ya existen, ya que a lo mas que se llega es a cambiar de una empresa a otra. Si por ejemplo viene una empresa como Mercadona a la ciudad, lo más que produciría sería una reubicación del personal ya existente y dedicado a esas labores, de ahí que sea tan difícil rebajar ese descomunal índice de paro.

Y si tocamos el tema del turismo, más de lo mismo.Llevan años tratando de buscar algo que lo dinamice y lo único claro es que están estancados, ahí está la estación náutica que no arranca después de varios años y visto lo visto tampoco lo hará éste, pues según ellos iban a traer  no se cuantos campeonatos de pesca, de vela y otros deportes al uso. Al parecer tampoco está dando los resultados apetecidos, barruntándose en no mucho tiempo un final similar para ésta al que ya tuvieran la GIUCE o la Fundación Crisol de Culturas entre otras: hacerla desaparecer y el dinero gastado a la basura.    

Ahora me salen con lo de la rebaja del IPSI para atraer a turistas nacionales, como si no supiera al que se le ocurrió la idea que con ello poca cosa va arreglar. Y de la inversión que se va hacer para divulgar las excelencias de nuestra ciudad en el país vecino para qué hablar, ya que lo primero que tendrían que hacer es darle una solución al paso fronterizo del Tarajal, verdadero caos que lo único que hace es interferir nuestras relaciones comerciales y de turismo, hecho fomentado desde Marruecos para nada interesado en cambiar el arcaico modelo existente y tan beneficioso para sus intereses locales. Así pues que otro dinero a la basura.  

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