La escasez del aceite de girasol es una de las consecuencias visibles, para los ceutíes, de los estragos de la guerra de Ucrania. Este aceite de semillas empieza a escasear en los estantes de los supermercados y algunos limitan la venta, por persona, del número de unidades de este producto. Un punto que desatado el afán acaparador de algunos ceutíes, por el miedo al desabastecimiento lo que ha provocado el aumento de precios y su limitación a la venta.
Si en los primeros días, tras el decreto del estado de alarma, de las estanterías de los supermercados desapareció el papel higiénico, ahora es el aceite de girasol el que empieza a brillar por su ausencia al descubrir que Ucrania es el 'granero de Europa'.
El aceite de girasol desaparece de las estanterías de algunos supermercados, en Ceuta, lo que ha provocado que algunos establecimientos limiten el número de unidades de este producto por cliente. Una medida se ha tomado para intentar evitar una situación de desabastecimiento, pero parece que está desatando un afán acaparador y ha empezado generar situaciones parecidas a las que se dieron en los primeros días de la crisis sanitaria y que ha incrementado el precio a casi el doble que se producto tenía hace un mes.
Mientras las grandes cadenas alimentarias han entrado en situación de pánico, otros minoristas, sobre todos el pequeño comercio, siguen con su rutina habitual de ventas, aunque con alguna notable excepción. Ramón, dueño de una pequeña tienda de barrio, asegura que uno de sus proveedores le ha advertido que no podrá servirle más de 5 garrafas de 5 litros y que el precio, que no ha tocado techo, rondará para la venta al público, los 12 euros con 50 céntimos. Ramón afirma que en su establecimiento no ha notado ese afán acaparador pero relata que en una gran superficie, el pasado fin de semana, un cliente se llevó 3 carros de aceite de girasol y ante la negativa del encargado, el cliente buscó ayuda en la calle para que cada de sus 'amigos' le comprara cinco botellas.
Otro comerciante, que tiene su negocio en el centro, señala que algunos de sus clientes han hecho acopio de aceite de girasol. Uno de ellos se llevó cinco garrafas de cinco litros.
OCU llama a la calma a consumidores y cadenas
El miedo a un posible desabastecimiento de aceite de girasol ha llevado a que muchos consumidores trataran de hacer acopio. Algunos establecimientos han limitado el número de botellas a la venta: no hay motivo para ninguna de estas actuaciones. Limitar la venta de aceite puede tener un efecto contraproducente.
España importa de Ucrania muchos productos agrícolas: cereales como trigo o maíz, pero también girasol. Es evidente que la guerra tiene un efecto también en esas exportaciones, pero eso aún no se ha hecho notar, por lo que no hay motivo para la alarma, para temer un desabastecimiento de aceite de girasol ni de otros productos.
El aceite que ahora se está vendiendo procede de la cosecha de girasol del verano, antes de la guerra. Una posible falta de aceite de girasol no se producirá hasta el próximo año.
OCU (Organización de Consumidores y usuarios) advierte que almacenar grandes cantidades de aceite no tiene sentido: pasado un año del envasado, el aceite pierde calidad y propiedades. Al mismo tiempo, desde OCU consideran este tipo de medidas, limitar la venta de aceite, generan una creciente alarma entre los consumidores y favorecen la subida de precio del producto.
Por otro lado, advierten que la Ley del Comercio Minorista prohíbe limitar la cantidad de artículos que pueden ser adquiridos por cada comprador, con lo que limitar la venta de aceite es contrario a la ley.
