"Las organizaciones que en Ceuta se han dedicado al tráfico de hachís vienen a este lado para tratar de abrir negocio"

Entrevista a Francisco Mena, presidente de la coordinadora contra la droga del Campo de Gibraltar «Alternativas»
El presidente de «Alternativas», Francisco Mena (ANDRÉS CARRASCO)
photo_camera El presidente de «Alternativas», Francisco Mena (ANDRÉS CARRASCO)

La industria del tráfico de droga ejerce una influencia analgésica sobre las sociedades a las que parasita. El narcotráfico ha aprendido que ejercer el papel de benefactor le inviste de una pátina de respetabilidad capaz de neutralizar cualquier recelo, una fórmula que funciona con particular eficacia en los ambientes más deprimidos, en las fronteras de la marginalidad.

Francisco Mena, el presidente de «Alternativas», la coordinadora contra la droga del Campo de Gibraltar, da fe de ello. Viejo luchador del movimiento contra las drogas, Mena ha sido testigo de la evolución a lo largo de los años de una actividad criminal que ha causado estragos en una comarca tradicionalmente desatendida por los poderes públicos.

El veterano activista mantiene la firme convicción de que la percepción social del riesgo que comporta el tráfico de hachís no está a la altura de la amenaza real. «La percepción del riesgo relacionado con el tráfico de hachís es mínima. No solo en el Campo de Gibraltar, sino en general», sostiene Mena. A su juicio, la extendida convicción de que el hachís no comporta riesgo de muerte, de que, al cabo, no es más que una droga blanda, aleja cualquier temor.

Durante muchos años, en el siglo pasado, la devastación causada por la droga dejaba señales inequívocas que resultaba difícil obviar. La heroína mataba cruelmente y convertía las tragedias privadas en cosa frecuente. Los periódicos se hacían eco de ellas. Todos, particularmente los habitantes de las barriadas donde la necesidad encontraba su asiento, conocían a una familia destrozada por la droga. Hoy las cosas han cambiado.

La percepción del riesgo relacionado con el tráfico de hachís es mínima. No solo en el Campo de Gibraltar, sino en general

El rechazo social solo parece activarse en estos tiempos al socaire de una tragedia. Como la de los dos guardias civiles muertos en Barbate este mes a manos de un grupo de narcotraficantes. O la del niño que falleció en Algeciras en 2018 cuando una embarcación vinculada al narcotráfico se estampó contra la que ocupaba junto a su padre a pocos metros de la orilla de la playa de Getares.

«En el Campo de Gibraltar hubo un cambio muy importante a raíz del chiquillo que matan –recuerda Mena- Eso sí movió conciencias en la comarca. La gente se dio cuenta de lo frágil que es el equilibrio entre la vida y la muerte. La gente empezó a pensar, ¿y si mañana en la playa viene una narcolancha y me mata a mi niño? Y ahí sí hubo un cambio importante. Pero no  el suficiente».

La evocación de aquella muerte enciende a Mena, quien defiende con vehemencia el valor de una herramienta que sí está en manos de la gente: la de la indignación airada que ha de tener como objetivo al narco «Si realmente queremos cambiar esto, la gente que llega al narcotráfico tiene que detectar que hay un rechazo social entre la ciudadanía. Y ese rechazo social, además, hay que transmitírselo a nuestras autoridades, para que éstas -el Gobierno central, la Junta de Andalucía- empiecen a hacer cosas aquí, porque los ciudadanos las demandan. Pero todavía no estamos en ese momento, lamentablemente».

Si realmente queremos cambiar esto, la gente que llega al narcotráfico tiene que detectar que hay un rechazo social entre la ciudadanía

Los recursos aportados por el Ministerio del Interior para luchar contra el narcotráfico en la comarca y otros puntos de Andalucía se han incrementado de manera notoria en los últimos años. El Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar nació en 2018 con el propósito de acabar con la inseguridad generada por el narcotráfico en la zona. Sus resultados recomendaron en 2020 prorrogar el dispositivo y ampliarlo a las provincias de Cádiz, Málaga y Huelva. En 2022 se extendió a Almería, Granada y Sevilla. La fórmula policial estaba en marcha.

Mena saluda al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, durante un encuentro manentido en Algeciras el pasado 9 de febrero (MINISTERIO DEL INTERIOR)
Mena saluda al ministro del Interior, Grande Marlaska, durante un encuentro en Algeciras el pasado 9 de febrero

La muerte violenta de  David Pérez Carrecero, de 43 años, y Miguel Ángel González Gómez, de 39, los guardias civiles asesinados en el puerto de Barbate, ha vuelto a poner sobre el tapete la necesidad de revaluar los medios y las estrategias más convenientes para combatir al narco. Una tarea que Mena cree aún pendiente.

El presidente de «Alternativas» asiste apenado a las reacciones que el crimen de Barbate ha suscitado, reacciones de las que el mismo hace inventario con ironía y desesperanza: hay que sacar la Armada para ametrallar a los narcos, hay que aprobar la legalización de las drogas, hay que investigar si el rey de Marruecos llamó a Pedro Sánchez para desmantelar el Ocon Sur de la Guardia Civil. «Esto último seguro que lo has escuchado, ¿no? –se sonríe Mena- Las reacciones que percibo son más de lo mismo: esto es un problema policial que hay que resolver con medidas policiales. Esas recetas se llevan aplicando desde los tiempos de Felipe González. Pero las soluciones han de ser otras. Y nosotros decimos cuáles: inversiones en la zona y propiciar cambios de roles en ciertas barriadas. Y eso se consigue con dinero. Porque el narcotráfico se alimenta del paro, la pobreza, la exclusión social y la falta de oportunidades. Por lo tanto, tendremos que cambiar esas cosas. Y la reacción política que he visto yo de los dos grandes partidos, Partido Popular y Partido Socialista, es más de lo mismo. El mismo juego de toda la vida».

Las reacciones que percibo son más de lo mismo. Dicen: esto es un problema policial que hay que resolver con medidas policiales. Esas recetas se llevan aplicando desde los tiempos de Felipe González. Pero las soluciones han de ser otras

Las historias sangrientas del narcotráfico al otro lado del Estrecho comienzan a ser protagonizadas por gente de este lado. Las bandas vinculadas al tráfico de drogas radicadas en Ceuta se han trabajado el mercado y tienen una cada vez mayor presencia en el Campo de Gibraltar y los territorios aledaños. Tayena, líder de una de estas organizaciones criminales, moría acribillado a balazos en abril de 2023 mientras transitaba a bordo de su coche por una de las carreteras de la comarca. Su presunto asesino, «El Pastilla», adquirió una efímera fama nacional cuando, tras su detención, logró escapar de la cárcel de Alcalá Meco para buscar refugio en Alemania, donde fue finalmente arrestado.

«Donde se gana dinero con el narcotráfico es en este lado de la Península –prosigue el activista antidroga campogibraltareño- Las organizaciones que en Ceuta se han dedicado también al tráfico de hachís lo que hacen es venirse a este lado para intentar abrir su negocio al margen de aquellos que ya trabajan en la zona». Mena constata que no se trata de un fenómeno nuevo y que, de hecho, ya se ha registrado algún incidente que ha enfrentado a las bandas ceutíes con las autóctonas. Aunque perro no come perro.

 «Siempre he dicho que en la comarca nunca se han dado verdaderos problemas entre organizaciones criminales. ¿Por qué? Porque el pastel es tan grande que hay para todos. Todo el mundo tiene su porción. Sin problema».

«Claro que hay organizaciones que tienen más estructura y que gozan de más prestigio dentro del mundo del narcotráfico. Estas, por tanto, tienen más carga de trabajo. Y hay otras más pequeñitas que tienen menos estructura. Pero ya está. Al final todas se reparten la tarta. Por eso no tienen por qué entrar ahora mismo en una lucha por el espacio. Espacio tienen todas».

Siempre he dicho que en la comarca nunca se han dado verdaderos problemas entre organizaciones criminales. ¿Por qué? Porque el pastel es tan grande que hay para todos

Mena descarta cualquier paralelismo que se trate de establecer entre lo que sucede en el Campo de Gibraltar y los efectos sociales que se derivan de la situación de la criminalidad vinculada al narcotráfico en Ceuta. Su tesis es que en la comarca gaditana, las barriadas donde la vida resulta más difícil han encontrado una vía de escape en el narcotráfico ante la falta de protección del Estado. «El narcotráfico ha ocupado el espacio que el Estado dejó en su momento. Y cuando hablo del Estado no hablo del Gobierno. Es que la gente se confunde. El Estado es mucho más que el Gobierno. Un gobierno te puede abandonar pero llega otro gobierno, del mismo color o de diferente tendencia política, y retoma lo que no hizo el otro. Aquí lo más grave es que nos abandonó el Estado. El Estado es el IBEX 35, el Estado son los fondos de inversiones, el Estado es mucho más… Y cuando se produce ese abandono histórico, el espacio que queda lo ocupa el narcobienestar, que se convierte, de alguna manera, en el mecenas o el benefactor del barrio donde hay gente pobre, muy humilde, y donde los índices de paro de la población juvenil son enormes».

Gaitán y Mena, durante la firma el protocolo (CEDIDA) mágenes y vínculos francisco mena alberto gaitán
El consejero ceutí Alberto Gaitán y Francisco Mena, durante un acto celebrado en el Palacio de la Asamblea

A juicio del presidente de «Alternativas», esta situación no se ha dado en Ceuta, un territorio que ha gozado de mayor protección institucional, un escudo que ha evitado los estragos que sí han padecido localidades del Campo de Gibraltar  y su entorno.

«El hecho de que Ceuta tenga su estatus propio como ciudad autónoma le ha permitido tomar sus propias decisiones. El Campo de Gibraltar no toma sus propias decisiones. Somos parte de la provincia de Cádiz. Por lo tanto, las decisiones se toman en Cádiz y, autonómicamente, en Sevilla. En Ceuta las decisiones las toma la Asamblea de Ceuta y el Ayuntamiento de Ceuta. Por lo tanto, con los recursos de que dispone la Ciudad Autónoma, que entiendo que podrían ser mejores, toman sus decisiones, equivocadas o acertadas. El problema es que en el Campo de Gibraltar las decisiones se toman en Cádiz y desde Cádiz. El Campo de Gibraltar les queda muy lejos y la situación de la comarca no se entiende».

El narcotráfico ha ocupado el espacio que el Estado dejó en su momento. Y cuando se produce ese abandono histórico, el espacio que queda lo ocupa el narcobienestar

Pero, lo evidente es que el narcotráfico se extiende como una mancha por el sur de Andalucía. La presión policial ha sacudido la tranquilidad de los delincuentes, pero no ha perturbado su disposición a continuar con el negocio. «La presión policial que se ha ejercido aquí desde el Ocon, desde la Udyco, desde el Greco o desde la propia Vigilancia Aduanera ha hecho que los narcos busquen zonas donde se corre menos riesgo.  Por eso se han contaminado lugares como Barbate, Sanlúcar y Chipiona. A día de hoy, donde hay más actividad de narcotráfico en la provincia de Cádiz es en la desembocadura del Guadalquivir».

Los narcotraficantes mantienen su batalla, indiferentes a las inquietudes e intereses de las sociedades a las que pervierten. Pero ahora, al menos, como apunta Mena, aunque no siempre lo consiguen, tratan de conducirse con mayor discreción. «La actividad de los narcos no cesa. Lo que sí ha cambiado un poco ha sido el descaro con el que los narcos se movían hace unos años. Entonces, no tenían problema en descargar droga en playas llenas de gente. Eso ha cambiado. Ahora, al menos, buscan ocultarse».

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