La Ley Orgánica de Garantía Integral de Libertad Sexual, conocida como la «Ley del solo sí es sí», mandataba que antes de diciembre de 2023 cada provincia española y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla deberían contar con un centro de crisis para la atención de víctimas de violencia sexual. A un mes de vencer el plazo, la mayoría de los 52 centros que tendrían que haber abierto sus puertas para entonces no lo había hecho. En aquellas fechas solo se encontraban en funcionamiento cuatro centros en Asturias, Cantabria y Madrid.
Aquella situación llevó a la Comisión Europea a autorizar una prórroga de un año más para el gasto de los fondos asignados -83 millones de euros- hasta el 31 de diciembre de 2024. El 6 de noviembre, la Conferencia Sectorial de Igualdad, integrada por el Ministerio de Igualdad y las comunidades autónomas, aprobó una prórroga de un año para alcanzar el compromiso de un centro de crisis 24 horas por cada provincia.
Ahora, con meses de retraso, el Gobierno de Ceuta ha iniciado el trámite para cumplir con el nuevo plazo y, de este modo, con el compromiso al que le obliga la «Ley del solo sí es sí». La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales sacaba esta misma semana a licitación la ejecución de la obra que permitirá a la ciudad contar en el plazo de ocho meses –el establecido para finalizar la construcción- con un centro de atención especializada para mujeres víctimas de violencia sexual. Su puesta en funcionamiento significará, según reputan los especialistas, un salto cualitativo en la atención a la violencia sexual.
El nuevo centro
El centro de crisis proyectado por la Ciudad se levantará sobre una superficie de más de 3.000 metros cuadrados de los que 342 están ya ocupados por el edificio donde se asienta la sede del Centro Asesor de la Mujer (CAM). El inmueble fue objeto en 2010 de una actuación para la rehabilitación del viejo chalé de Ibarrola que incluyó un aparcamiento subterráneo de 49 plazas y un edificio adyacente para gimnasio, aulas y talleres.
El proyecto ha desechado la idea de acometer una ampliación del actual edificio para optar por la construcción de un nuevo inmueble separado de aquel.
Las sinergias que necesariamente habrán de establecerse entre el nuevo servicio de atención a víctimas de violencia sexual y el CAM se materializarán también en la asignación de espacios a cada una de las tareas. Así, el CAM albergará dependencias para las psicólogas, abogadas, psiquiatras y trabajadoras sociales del centro de crisis.
El nuevo edificio acogerá los despachos de la directora, la coordinadora y el administrativo, siete habitaciones de acogida, una ludoteca, una cocina de estancia comunal, una sala de lavado y planchado y un espacio abierto con tendederos.
Atención y acompañamiento
El modelo de centro de crisis que funcionará en Ceuta deberá seguir las pautas básicas que en su día fijó el Ministerio de Igualdad a través de un informe destinado a las comunidades autónomas. Estas instituciones han sido concebidas para acompañar a las víctimas sin necesidad de que medie denuncia y aunque hayan sufrido en el pasado los episodios de violencia a los que se refieran. Esta atención ha de extenderse a los familiares de la víctima o a las personas de su entorno íntimo que lo precisen.
Igualdad precisó en su informe que la intervención y el acompañamiento que deben prestar los profesionales habrán de atender siempre a las necesidades de la víctima con respeto a sus decisiones y autonomía.
La apertura del nuevo centro y sus servicios interdisciplinares de apoyo a las víctimas llega después de que se haya constatado en los últimos años un incremento en el número de delitos sexuales en la ciudad. Según datos del Ministerio del Interior, en 2023 el número de violaciones cometidas en Ceuta experimentó un incremento del 60% con respecto al año anterior: 8 frente a las 5 de 2022. Este aumento de casos superó holgadamente el registrado para la media nacional, cifrada en el 14,2%.
