La inquietud que este miércoles trasladaron residentes en Los Rosales y el Poblado Regulares al delegado del Gobierno, Rafael García, por la inseguridad que se vive en sus barrios es la queja compartida por toda la Ceuta de la periferia. La necesidad de contar con refuerzos policiales en estas barriadas se reveló con mayor evidencia con los disturbios que se desataron en Los Rosales y El Príncipe tras el asesinato el pasado abril del joven Ibrahim.
Según informa la Delegación del Gobierno, García mantendrá la próxima semana una reunión con el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, para abordar la situación de la ciudad en una agenda que incluirá el proyecto de la futura nueva sede de la Jefatura Superior de la Policía Nacional.
Precisamente, una de las demandas de los vecinos es la de la reapertura de la comisaría de Los Rosales. Los residentes en la zona consideran que la presencia policial en sus barrios constituye el primer paso para restituir la sensación de seguridad perdida hace ya tiempo por estos vecinos.
Esta percepción no es exclusiva de los residentes en Los Rosales y El Príncipe. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ya ha advertido de que no se puede dar la espalda a las barriadas de la periferia. El proyecto de construcción de la nueva Comandancia de la Guardia Civil inquieta a los representantes de los agentes. Hace apenas unos días advertían al delegado del Gobierno de las consecuencias que traería consigo ubicarla lejos de su actual emplazamiento en Hadú. A juicio de la AUGC, una nueva construcción alejada de la periferia dejaría huérfano todo el extrarradio.
En este contexto, la AUGC, los partidos políticos y los vecinos han insistido en la conveniencia de reabrir la comisaría de Los Rosales. Las iniciativas en la Asamblea y las recogidas de firmas para apoyar esta solicitud están siendo las armas utilizadas por la sociedad ceutí para llamar la atención de sus autoridades. Junto a esta petición, también se ha planteado la reivindicación de abrir como sede policial el Fuerte del Príncipe, situado a escasos metros del perímetro fronterizo y del paso de El Tarajal.
La protección de la ciudadanía frente a la inseguridad cotidiana que se vive en estas barriadas y a los repuntes de violencia protagonizados de forma cíclica por las bandas organizadas de delincuentes es una exigencia irrenunciable de los vecinos. El presidente de El Príncipe, Abdelmalik Mohamed Kamal, ha demandado en reiteradas ocasiones un incremento de la presencia policial en las calles de la barriada: «Los vecinos quieren sentirse respaldados y protegidos; así me lo transmiten, y cuando se consiga, esto empezarán a cambiar», aseguraba en lo más duro de los disturbios de abril.
