Opinión

La ley de bienestar animal

Ione Belarra Urteaga, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno de España y secretaria general de PODEMOS, convertida en la máxima expresión de esa minoría influyente, está obsesionada en dar caza al cazador. En esta ocasión, asestar un golpe definitivo a los cazadores españoles se le ha escapado por los pelos ya que la Ley de Bienestar Animal, aprobada el pasado jueves día 9 tenía toda la carga necesaria y toda la mala intención para lograrlo. Sólo la intervención del PSOE ha impedido que esta ley tuviera los efectos deseados por la ministra de PODEMOS.

El PSOE evita el daño eliminando los efectos más nocivos de una ley que, si bien pretende dignificar la vida de los animales (mascotas), etc., de paso quería colocar un rejón de muerte a la actividad cinegética, a un deporte, a una forma de vida, etc. La obsesión de la ministra no le permite ver la realidad de las causas que dañan a la naturaleza y a los animales además de las mascotas, como son los cultivos en intensivo y la utilización de insecticidas y pesticidas en el campo. Debería saber que dejar fuera a los perros de caza en ningún caso supone la impunidad para quienes puedan maltratar a un animal.

La ministra, con su incompetencia, ha perdido la oportunidad de consensuar una ley que no dejase dudas ni en su articulado, ni en el de su espíritu sobre la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los animales en general. La ineptitud demostrada por la ministra hace que los cazadores españoles quieran que, después de que los haya criminalizado en un gesto de verdadera impotencia y soberbia infantil, presente su dimisión.

Ante la afrenta recibida por la ministra, los cazadores de este país deberían verse obligados a pedirle a la Real Federación Española de Caza que se querelle contra ella si no se produce una rectificación pública e inmediata.

Vaya mala suerte cómo se nos ha colado, nada más y nada menos que en el Gobierno de España, una camada ruidosa y mal intencionada de provocadores que se sirven de lo que hemos construido durante todos estos años de democracia, para ahora, sin dar un palo al agua, atacarnos, ultrajarnos, insultarnos y descalificarnos ‘casi’ desde nuestras propias filas, pretendiendo encima darnos lecciones de civismo y humanidad. Por si les faltaba algo, cuando se equivocan, cuando se sienten perdedoras, no dudan en culpar a jueces o cazadores, les da igual.

Pese a que pueda parecer partidista y para que no queden dudas, esta era mi opinión de la ministra Yolanda Díaz, a la que califiqué como: “la mejor ministra/o de trabajo de nuestra democracia”, eso dije. Cierto es también que las diferencias con sus compañeras de partido en el gobierno son abismales.

Seguir así… NO PODEMOS.