Opinión

El puro amo

A veces uno tiene la sensación de que no merece la pena entrar a denunciar determinados asuntos, ya que luego sucede que algunos que se sienten afectados te vuelven la cara, te culpan, evitan mirarte para no saludar, etcétera, y más cuando la mayoría de estos asuntos competen más a otros actores de la vida pública como son los partidos políticos en la oposición.

A veces uno tiene la sensación de que no merece la pena entrar a denunciar determinados asuntos, ya que luego sucede que algunos que se sienten afectados te vuelven la cara, te culpan, evitan mirarte para no saludar, etcétera, y más cuando la mayoría de estos asuntos competen más a otros actores de la vida pública como son los partidos políticos en la oposición.

Pero… es que éstos lo meditan mucho y, salvo en casos muy concretos en los que sí entran a denunciar, les cuesta; de ahí que haya quienes piensen, con razón, que algunos partidos no denuncian porque pactan, amagan ante la opinión pública con denunciar y luego cierran un pacto. Eso no está bien y se le llama connivencia.

Digo esto por el último acontecimiento destacable promovido por el Sr. Vivas, el cada día más jefe, el ahora jefe supremo en nuestra ciudad, el puro amo que ha conseguido aprobar un reglamento que pretende dejar sin efecto una sentencia del Tribunal Constitucional y así nombrar consejeros y viceconsejeros sin que hayan sido elegidos por los ciudadanos.

Es tal la osadía de nuestro querido alcalde que, al menos, yo no le encuentro explicación cuando me acuerdo, con lo que le cayó al exalcalde de Jerez, Sr Pacheco, por el nombramiento de dos asesores; de ahí que piense que nuestro querido alcalde bien podría ya intentar reconducirse y no empeñarse en hacerlo todo cada día peor. Sus actos le pasarán factura algún día de seguir así.

Si acaso se preguntan ustedes por qué un sindicato entra a denunciar y criticar estas prácticas, les diré que por una razón fundamental: porque atendemos las denuncias que están fundadas y que afectan, de una u otra manera, a los trabajadores /as o ciudadanos /as, y porque si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hace? También, dicho sea de paso, porque no hacer nada en estos casos produce desafección por parte de los trabajadores /as que esperan que alguna organización combata las presuntas irregularidades que se vienen cometiendo por parte de la administración local y para que no prevalezca la impunidad.

Miren, cuando la sensación de impunidad se apodera de la ciudadanía y se pierden los referentes tradicionales, surgen otros nuevos. A nivel político en nuestro país ha ocurrido recientemente. Con los sindicatos puede ocurrir igual.