Opinión

Un buen trabajo

Rara vez una medida adoptada por una administración encuentra el repudio tan unánime que ha hallado la decisión de Ministerio de Educación de suprimir el próximo curso varias modalidades de Bachillerato de la oferta educativa en Ceuta. El anuncio de que esa reforma entrará en vigor este mismo año ha desatado la indignación de profesores, estudiantes, sindicatos, partidos de la oposición y, lo que resulta absolutamente inusual, del PP de Ceuta.

Rara vez una medida adoptada por una administración encuentra el repudio tan unánime que ha hallado la decisión de Ministerio de Educación de suprimir el próximo curso varias modalidades de Bachillerato de la oferta educativa en Ceuta. El anuncio de que esa reforma entrará en vigor este mismo año ha desatado la indignación de profesores, estudiantes, sindicatos, partidos de la oposición y, lo que resulta absolutamente inusual, del PP de Ceuta.

De la dimensión del error en el que ha incurrido el Ministerio da buena cuenta, precisamente, la respuesta dada por los populares locales. Con los miramientos propios de quien se ve obligado a arremeter contra los suyos, el PP se ha visto forzado a sumarse a la voz crítica imperante para evitar que una planificación urdida en los despachos socave su crédito ante los ciudadanos. Una prevención que se hace tanto más necesaria si se atiende a la llamada de atención sufrida por la candidatura de Vivas en las últimas elecciones. El Ministerio ha sometido a los populares ceutíes a una prueba exigente y éstos parece que han sabido estar a la altura.

La reacción de la ciudad provocará, probablemente de manera inmediata, que el Ministerio reconsidere su decisión y, al menos, demore la aplicación de su reforma. Habrá sido el resultado de buen trabajo de todos.