Opinión

Egoísmo puro, duro e individual

Alguien que solamente se mueve o hace un favor a modo de inversión, y nunca gratis. Los mejores negociadores saben crear la ilusión de que al pedirte algo, encima te están haciendo un favor. Aunque en este caso tan particular el favor sería “perdonarte la vida”. 

Alguien que solamente se mueve o hace un favor a modo de inversión, y nunca gratis. Los mejores negociadores saben crear la ilusión de que al pedirte algo, encima te están haciendo un favor. Aunque en este caso tan particular el favor sería “perdonarte la vida”. Simplemente es así, no existe nadie más en el mundo que él, y en función de esta creencia, actúa, sin mirar hacia los lados cuando toma una decisión. Entiendo que para poder asumir esta creencia, uno ha de creer también que quien está por encima puede hacerlo contigo, de ahí que en momento alguno le tiemble la mano o la voz a la hora de ejecutar una decisión.

 La diferencia entre este tío y el resto no es la falta de escrúpulos. Estoy seguro de que tú tampoco los tienes, o te gustaría no tenerlos en alguna ocasión, o quitarte de un día para otro esa moral católica que nos han inculcado hasta la saciedad. La diferencia real es que él se expone a que cualquiera le pueda llamar hijoputa con razón. No debe de importarle mucho lo que piensen de él. Si le importara actuaría como tú (no como yo, que yo ya me ejercito en la hijoputez desde hace un tiempo). Su única barra de corte es sí mismo. Da asco sí, no te lo niego… ¡pero le funciona!

 A cualquiera le encanta escuchar eso de “Tranquilo, yo me encargo” cuando se trata de un problema a resolver y para el que hay que mancharse. Y para el hijoputa, mancharse de mierda es su día a día, no teme que le miren mal por comportarse así, no depende de la opinión ajena. Se puede decir que literalmente se la suda. Para él, único problema que existe, se llama competencia, y hasta este punto hace lo que puede y más por quitarse de en medio a cualquiera que pueda hacerle sombra, con el argumento que te acabo de decir del “Yo me encargo”, haciendo ver que encima te hace un favor. Es sencillo, piensa como un hijoputa anda… Inténtalo. 

¿Hacer algo gratis? ¡De ninguna manera macho! Hay que ser más listo. Espera a que llegue el momento, y cuando ya confíen en ti pensarán que estás en su mismo barco, y una vez todo dispuesto juega cuando nadie te vea.