Opinión

In memoriam

Jesús Fernández Lera, capitán marítimo de Ceuta, por Rafael Rodríguez Valero
Jesús Fernández Lera
photo_camera Jesús Fernández Lera
Jesús Fernández Lera
Jesús Fernández Lera

Hace unos días leí en varios digitales que FESMC–UGT celebró un emotivo homenaje a Jesús Fernández Lera, quien fue durante más de veinte años capitán marítimo de Ceuta. Anteriormente, el Rey ya le había concedido la Cruz al Mérito Civil, acto que contó con la presencia del director general de Marina Mercante, Benito Núñez, hecho que le honra.

Me resulta difícil escribir este artículo a pesar de los dos años transcurridos desde el fallecimiento de Jesús, pues todavía están muy presentes  las vivencias que durante casi ocho años tuvimos. Hubo de todo: alegrías, sufrimientos, incertidumbres, puntos de vista diferentes, pero entre él y yo se produjo la simbiosis perfecta: la unión de dos marinos y dos profesionales, que esta vez les tocó luchar no sólo por la seguridad de la vida humana en la mar y la lucha contra la contaminación marítima y terrestre, sino también navegar en las procelosas aguas de la política.

Jesús y yo durante siete años preparamos la Operación de Paso del Estrecho (OPE) por el puerto ceutí.

Hay que tener en cuenta que después de la peregrinación a la MECA, la OPE es el segundo movimiento más importante de personas de un continente a otro, podríamos estar hablando (en aquellos años) del desplazamiento de unos tres millones y medio de seres humanos, aproximadamente un millón de coches, y, toda esta actividad de ida y vuelta se hace entre mediados del mes de  junio a mediados del mes de septiembre.

Dado que la OPE es una operación compleja y delicada donde intervienen varios ministerios con cometidos diferentes, no hay que olvidar el lado humanitario, que Jesús entendía a la perfección así como  la importancia de mantener el puente móvil marítimo (rotaciones de los barcos) para unir los dos mares y los dos continentes

El lado humanitario de la OPE consiste fundamentalmente en  tratar de aminorar el numero de  horas de espera de la gente bajo un sol abrasador en la explanadas del puerto de Algeciras y eso se podría conseguir permitiendo que el puerto de Ceuta desahogue la saturación del  de Algeciras,

Otra de las acciones que van en la dirección del lado humanitario y que Jesús siempre favorecía  era la “intercambiabilidad” , la posibilidad de que un pasajero con billete pueda embarcar en cualquier buque de cualquier compañía naviera, lo que  ayuda a descongestionar el puerto en cuestión. Estas líneas de actuación colisionaban con determinados estamentos institucionales, aunque él con su gran sentido de solidaridad y  humanidad las trataba siempre de aplicar, en especial con los más desfavorecidos, en este caso los trabajadores marroquíes que regresaban  a su país para pasar el mes de vacaciones.

Como se puede imaginar, las rotaciones de los barcos y las Capitanías Marítimas de los puertos implicados juegan un papel fundamental  para el buen desarrollo de la OPE. En Jesús siempre tuve un compañero leal,  noble y dispuesto a colaborar en todo momento, aunque en algunas ocasiones nos vinieran mal dadas.

Escribiendo esto viene a mi mente una OPE (no recuerdo bien el año) que a principios del mes de  agosto, en plena ebullición de la operación, se averiaron dos barcos (uno español y otro marroquí) y el puerto de Tanger Med empezó a tener problemas de aceptación de barcos por mal tiempo, inmediatamente el embudo del puerto de Algeciras comenzó a hacerse notar. Ante tal situación llamé a Jesús a altas horas de la noche (aún recuerdo su pausada voz) y le dije:

—Voy  a desviar barcos por el puerto de Ceuta, porque  empezamos a tener esperas de más de seis horas en el puerto de Algeciras  con los problemas sanitarios y de inseguridad que ello conlleva.

Capitanía Marítima de Ceuta

—Sin problemas director, yo aguantaré aquí la presión que me llegue por parte de las instituciones correspondientes, entiendo que  primero son las personas. Jesús en estado puro.

Como consecuencia de la decisión que adoptamos, Ceuta sufrió cierta congestión en la frontera del Tarajal, pero así logramos paliar en gran  medida el problema creado  en el puerto de Algeciras por aglomeración de pasajeros en estado de espera.

A pesar de que al  día siguiente llegaron a la Corte del reino todo tipo de llamadas, poniendo en entredicho las decisiones  que habíamos tomado, Jesús todo orgulloso me llamó y me dijo:

—Sabes, director, ha merecido la pena, cuenta conmigo siempre.

—Ya lo sé, querido Jesús.

Una vez más mostró su gran humanidad y profesionalidad, siendo consecuente con lo que hacía, como me demostró muchísimas veces: en las contaminaciones que durante mi época se produjeron en el puerto de Ceuta, en los embarrancamientos, etc . Jesús sabía escuchar y cuando expresaba su opinión  lo hacía con la voz tranquila y pausada propia del que conoce su oficio.

Podría estar escribiendo horas y horas sobre Jesús Fernández Lera y nuestras vicisitudes en la Capitanía de Ceuta, ya que, siete Operaciones de Paso del Estrecho donde el puerto de Ceuta juega un papel transcendental dan para mucho pues la OPE tiene un componente político muy importante; la suerte es que todo se organiza desde la Corte y ahí se juega otra liga diferente: la esgrima es de florete (y a veces a navajazos).

Todo esto nos dio mucha complicidad. Él fue la primera persona que supo  el motivo real por el cual me tuve que ir a mi pesar  de Ceuta, pues se lo dije personalmente. Al oírlo, nos abrazamos y aún sellamos más nuestra amistad. Fue la ultima vez que lo vi personalmente.

Para terminar, decir que he tenido la suerte de conocer y trabajar con una gran persona, una persona leal, noble, llena de humanidad y  de sencillez, que me brindó todo su apoyo en momentos verdaderamente difíciles, con decisiones de vital importancia donde se jugaba entre otras muchas cosas, el éxito o fracaso de una parte fundamental de la operativa de la OPE.