Opinión

En pequeñas dosis

La muerte es insolente en grandes dosis. Los centroeuropeos lo han aprendido durante las últimas semanas, ahora que en los arcenes de sus carreteras se hacinan los cadáveres y sus fronteras se ven pobladas de miles de personas que buscan refugio más allá de la tragedia. Una cantidad considerable de muerte da qué pensar.

La muerte es insolente en grandes dosis. Los centroeuropeos lo han aprendido durante las últimas semanas, ahora que en los arcenes de sus carreteras se hacinan los cadáveres y sus fronteras se ven pobladas de miles de personas que buscan refugio más allá de la tragedia. Una cantidad considerable de muerte da qué pensar.

Si, de otro modo, la muerte se dispensa en pequeñas cantidades, ocasionalmente, de difunto en difunto, todo resulta mucho más manejable e higiénico. El fallecimiento de decenas de personas escandaliza incluso a los espíritus más sensibles. Un solo muerto puede ser un hijo del azar, una modesta desdicha entre las innúmeras desdichas que acontecen a diario en todo el mundo, una advertencia.

La foto de este muerto nuestro de Santa Catalina causa una horrenda impresión que, sin embargo, pronto queda eclipsada por otra foto donde se dibuja un mayor número de cuerpos exánimes o, más sencillamente, por el último gol en propia meta de un jugador de relumbrón.

La imagen de este muerto ha sido difundida diligentemente por las autoridades competentes, alertadas de que un solo finado ofrece utilidades que no se encuentran en tragedias más concurridas. Un muerto puede servir de reclamo para advertir a quien pueda interesar de que aquí, en el sur, también tenemos nuestras necesidades, que deben ser atendidas.

Un solo muerto puede ayudar a justificar toda una política migratoria, la necesidad de levantar obstáculos y concertinas. Estos cadáveres que se mueren de uno en uno permiten este uso higiénico del infortunio. Erijamos más vallas cada vez más altas para evitar que estas pobres criaturas sigan muriendo, es el mensaje.

Las cosas no son tan sencillas cuando la fotografía contiene una cantidad indecente de muertos.