Opinión

¿2016?

Como el condenado a la guillotina que camino del cadalso se impone la obligación de no olvidar que el fin de semana siguiente tiene cita para hacerse las mechas californianas. 2015 no ha sido distinto a otros años. Los ceutíes, con su escasamente diligente clase política al frente, se mantienen indiferentes al polvorín social que hollan sus pies. Sumemos: una economía anquilosada, unos niveles de desempleo escandalosos, una desigualdad social creciente y una diversidad de identidades que, mal que nos pese, ya no puede representarse con la manida metáfora del crisol de culturas.

Como el condenado a la guillotina que camino del cadalso se impone la obligación de no olvidar que el fin de semana siguiente tiene cita para hacerse las mechas californianas. 2015 no ha sido distinto a otros años. Los ceutíes, con su escasamente diligente clase política al frente, se mantienen indiferentes al polvorín social que hollan sus pies. Sumemos: una economía anquilosada, unos niveles de desempleo escandalosos, una desigualdad social creciente y una diversidad de identidades que, mal que nos pese, ya no puede representarse con la manida metáfora del crisol de culturas.

Las fisuras del edificio resultan evidentes desde hace tiempo. Las posibilidades de desarrollo de una economía eficiente y suficiente para una ciudad como Ceuta están cercenadas ante la falta de empuje de unas autoridades acomodadas y el sopor en el que parece sumido un empresariado más ocupado en establecer complicidades con el poder local que en emplearse en el menester de crear riqueza.

La desigualdad social que, a golpe de indolencia y tópico, se ha ido fraguando durante tantos años ha construido una ciudad escindida en dos, con el riesgo ya manifiesto de que, al calor del agravio y la falta de perspectivas, cada vez resulte más difícil conciliar identidades, implicar a todos en un proyecto común.

Las apelaciones al patriotismo, a la prodigiosa belleza de la ciudad y su linaje marinero pronto dejarán de ser suficientes.

Quizás podamos esperar algo distinto de 2016. No parece probable.