Opinión

26-J

Los ciudadanos se enfrentan este domingo a una nueva “jornada histórica”. Seis meses después, las “elecciones más decisivas de nuestra historia” han vuelto a convocarse. Quizás la cosa no sea para tanto: ya hemos votado otras veces. La cuestión está en determinar si, después de lo sucedido desde diciembre, el electorado mantiene el ánimo para acudir a las urnas.

Los ciudadanos se enfrentan este domingo a una nueva “jornada histórica”. Seis meses después, las “elecciones más decisivas de nuestra historia” han vuelto a convocarse. Quizás la cosa no sea para tanto: ya hemos votado otras veces. La cuestión está en determinar si, después de lo sucedido desde diciembre, el electorado mantiene el ánimo para acudir a las urnas.

La abstención es en estos comicios, más si cabe que en cualquiera de los que lo han precedido, constituye una de las mayores incógnitas que plantea este 26-J. La notable participación registrada en las pasadas elecciones –Ceuta es caso aparte: la abstención en la ciudad superó el 45%- estaba animada por lo novedoso de la incorporación de nuevas fuerzas políticas al escenario público. La novedad ya no es tal, y la reacción de los electores ante los baldíos esfuerzos por componer un gobierno  puede menoscabar la afluencia de los electores a los colegios electorales. Esa es la principal duda que se cierne sobre esta jornada.