Opinión

Apariencias

Las apariencias condenan. El Gobierno de la Ciudad debería tener esto en cuenta. Uno puede ser escrupulosamente inocente pero si es sorprendido empapado en sangre, con el arma del crimen en la mano izquierda y un trozo de víscera de la víctima colgando del hombro a modo de charretera, tiene de qué preocuparse.

Las apariencias condenan. El Gobierno de la Ciudad debería tener esto en cuenta. Uno puede ser escrupulosamente inocente pero si es sorprendido empapado en sangre, con el arma del crimen en la mano izquierda y un trozo de víscera de la víctima colgando del hombro a modo de charretera, tiene de qué preocuparse.

El Boletín Oficial de la Ciudad (BOCCE) publica este martes los requisitos exigidos a los aspirantes que opten al puesto de jefe del parque móvil. La decisión de modificar las condiciones para cubrir la plaza recuerda, como una evocación, la determinación del equipo de gobierno de introducir cambios en el sistema para la designación del superintendente de la Policía Local y el jefe de Bomberos. Quizás el muerto se deba a otra mano criminal, pero chorrea de manera perturbadora a los pies de los responsables municipales.

La modificación de las normas que regulan el acceso a los cargos de responsabilidad de la administración pública levanta suspicacias, algo a lo que no puede ser ajeno el gobierno municipal. Y si las sospechas  acaban siendo confirmadas por los hechos, resulta inevitable que en la opinión pública se afinque la impresión de que el nepotismo es el criterio predilecto para el nombramiento de los servidores públicos.

Una impresión inevitable. Aunque el fiambre sea de otro.