Opinión

Como un cálculo biliar

Los procesos electorales ejercen efectos depurativos sobre los partidos políticos. Una sangría convenientemente provocada, previa adopción de las precauciones elementales, otorga al paciente la lozanía y el aspecto saludable al que todo organismo vivo aspira.  No hay nada como unas buenas elecciones para evacuar todas las ponzoñas que amenazan la vitalidad de ese inmenso cuerpo del que dependen tantos directivos y militantes.

Los procesos electorales ejercen efectos depurativos sobre los partidos políticos. Una sangría convenientemente provocada, previa adopción de las precauciones elementales, otorga al paciente la lozanía y el aspecto saludable al que todo organismo vivo aspira.  No hay nada como unas buenas elecciones para evacuar todas las ponzoñas que amenazan la vitalidad de ese inmenso cuerpo del que dependen tantos directivos y militantes.

La decisión del comité electoral del Partido Popular de prescindir del último diputado ceutí, Francisco Márquez, como candidato al Congreso está inspirada en esta idea. Los dirigentes populares han estimado que Márquez venía a ser algo emparentado a un cálculo biliar, molesto, rocoso pero posible de expeler si uno se lo propone. Y, perdonen lo expresivo del símil, ha sido finalmente expelido.

El éxito de este tipo de operaciones depende de la pericia de aquél que tiene encomendada la tarea de aventurar el diagnóstico. Quien ante un padrastro infectado propone la amputación del brazo izquierdo a la altura de la inserción articular habrá conseguido poner fin a la dolorosa sensación que genera la excrecencia que lacera el dedo, pero no parece que haya ayudado a preservar la sanidad del cuerpo.

Junto a una certera diagnosis se exige también una cierta habilidad práctica en la ejecución. Un corte limpio, que augure una rápida cicatrización y que no procure una indeseada efusión de sangre (no hay por qué echar a perder el viejo mobiliario que todavía está en buen uso) augura una pronta recuperación y una renovación de las energías propias.

¿Ha constituido la extirpación de Márquez una biopsia preventiva con la que procurar la salud del organismo popular? “Tenía un absceso feísimo en el entrecejo, pedí cita me atendieron de inmediato y ahora, después de practicada la autopsia, estoy como nuevo”, se confiaba a un amigo en las puertas del ambulatorio un afiliado a la Seguridad Social.

El cirujano está persuadido de que, en lo tocante a Márquez, éste no es el caso.  

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