Opinión

El director

El coronel Espíritu y Navarro será el nuevo director del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), lo cual, en sí mismo, constituye toda una declaración de intenciones. Independientemente de la capacitación del nuevo gestor, el perfil elegido dice mucho de la idea que nuestros administradores tienen de lo que ha de ser un centro de acogida.

El coronel Espíritu y Navarro será el nuevo director del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), lo cual, en sí mismo, constituye toda una declaración de intenciones. Independientemente de la capacitación del nuevo gestor, el perfil elegido dice mucho de la idea que nuestros administradores tienen de lo que ha de ser un centro de acogida.

Espíritu sucede en el cargo a otro coronel, en este caso de la Guardia Civil. La presunción de que un hombre de armas es la mejor de las alternativas para ocupar la dirección de un centro de las características del CETI resulta reveladora de cierto talante.

Nadie duda de la profesionalidad ni de la bonhomía de los militares que han sido seleccionados a lo largo de estos últimos años para asumir la gestión del centro. Pero, quizás, no sea el perfil más idóneo para la línea de trabajo que se supone se ha de seguir en una institución que no alberga ni a soldados ni a presos. Los residentes del CETI son ciudadanos extranjeros que no han cometido delito alguno y cuya estancia en la ciudad, a la espera de la autorización para pasar a la Península, es de ordinario pacífica.

Una persona con un perfil social más acusado, conocedora de las características de los fenómenos migratorios, resultaría, probablemente, más idónea para el desempeño que el Gobierno se obstina en encomendar a profesionales procedentes de la milicia.