Opinión

Empleo

Los desempleados del programa de colaboración social y de los planes de empleo van camino de configurarse como una nueva casta, aquélla que sirve a las necesidades de los burócratas y justifica la incapacidad de los gestores.

Los desempleados del programa de colaboración social y de los planes de empleo van camino de configurarse como una nueva casta, aquélla que sirve a las necesidades de los burócratas y justifica la incapacidad de los gestores.

Quizás no sea posible crear más empleos en Ceuta. Pudiera ser que las peculiaridades del mercado de trabajo local condenen a una gran parte de la población a elegir entre la precariedad y el exilio. A poco que nos detengamos a oír a algunas de las autoridades de la Ciudad, habremos de deducir que esto no tiene arreglo. “Es un mal endémico”, se sentencia, como quien alude a un bebé poco agraciado  condenado a la fealdad por una herencia genética malévola.

También pudiera ser que sí existiese una salida, pero que, para hallarla, fuese necesario poner al pensamiento y las ganas en acción. Si tal cosa se confirmase, constituiría una muy mala noticia para nuestros gobernantes. Idear políticas efectivas de empleo requiere de más esfuerzo y talento que mantener un sistema ineficaz como el vigente, concebido más como una institución benéfica de inspiración clientelar que como una iniciativa dirigida a propiciar una revitalización del mercado laboral.