Opinión

Nada será como antes

Ha pasado algo que nadie podía pensar que sucediera allí donde ha ocurrido. Gentes pacíficas desenvolviéndose en su vida conocida, un viernes probablemente idéntico a tantos otros viernes, caen bajo las balas en un lugar donde tal cosa no debería ocurrir. La barbarie ha llegado a nuestras puertas. París lo ha sufrido con dolor, rabia y asco.

Ha pasado algo que nadie podía pensar que sucediera allí donde ha ocurrido. Gentes pacíficas desenvolviéndose en su vida conocida, un viernes probablemente idéntico a tantos otros viernes, caen bajo las balas en un lugar donde tal cosa no debería ocurrir. La barbarie ha llegado a nuestras puertas. París lo ha sufrido con dolor, rabia y asco.

La imagen de un grupo de aficionados al fútbol franceses entonando “La Marsellesa” a la salida del estadio “Stade de France” constituye una escena heroica. La dignidad frente a la infamia.

El presidente Hollande ha decretado el estado de emergencia en Francia. Las cosas a partir de ahora ya no serán iguales. El país de la libertad y los derechos humanos está en guerra. Probablemente, hace tiempo que toda Europa lo está.

Este horror que ha sucedido donde no debiera ya es conocido, casi cotidiano, en otros puntos del planeta. Afganistán, Irak, Líbano, Libia, Siria…

Todos debemos ser París. Porque ya nada será como antes.