Bajo la premisa de que la seguridad es una sensación, este lunes, con motivo de la celebración de la festividad de los Ángeles Custodios, patronos de la Policía Nacional, ha quedado evidenciado que las Fuerzas de Seguridad necesitan de la colaboración ciudadana, y en Ceuta, aún más.
Los datos ofrecidos por el jefe superior de la Policía Nacional han puesto a las claras el excelente trabajo que se viene realizando por parte de las distintas unidades del Cuerpo, lo que permite que las cifras de los índices de criminalidad vayan cayendo un mes tras otro.
Una actuación como la del desmantelamiento de una importante red de falsificadores, por citar un ejemplo, ha propiciado que durante la Operación Paso del Estrecho, en la que se incluye la denominada Minerva, se hayan registrado unos números bastante bajos de delitos, e, incluso, se haya obligado a los delincuentes a cambiar su modus operandi. Los que intentan pasar ilegalmente a la Península apenas usan documentos falsos. Ahora utilizan la suplantación de personalidad con documentos robados.
El delegado del Gobierno en Ceuta, en su discurso, ha reprendido a la ciudadanía, a la que le ha pedido su compresión sobre las necesidades y servidumbres que pesan sobre la Ciudad. Y lleva razón, es verdad que a veces pedimos lo blanco y lo negro. Pero lo importante es que, aunque algunos crean que no es así, se avanza, y usando otro ejemplo, a nadie se le puede olvidar que en Ceuta se esclareció en tan sólo 72 horas un asesinato y dos intentos. En la misión, un agente de la Policía Nacional puso en peligro su vida.
Hechos como éste hacen que la sensación de seguridad sea total. Y eso es algo fundamental.
