Opinión

Los trapos sucios se lavan en casa

No es comprensible la batalla dialéctica que están manteniendo la Guardia Civil y la Policía Nacional a raíz de la visita, el pasado jueves, de la jefa de Operaciones Marítimas de Frontex, Brice Caldairau. La imagen que se está dando, sobre todo en las redes sociales, es sencillamente lamentable.

Partiendo de la base que siempre ha sido recomendable que los trapos sucios deben lavarse en casa, es obvio que se ha aprovechado lo ocurrido el jueves para sacar a flote un problema entre las dos instituciones que arrastra desde tiempo atrás.

Pero es precisamente el Ministerio de Interior el que fija que Cuerpo es el que tiene la responsabilidad de Frontex. Para ello no hay más que acceder a la nota de prensa emitida el miércoles, día anterior a la visita a Ceuta de Caldairau. En la misma, aparte de los datos, se hace especial hincapié en que la operación JO EPN-Minerva es liderada y coordinada por la Policía Nacional y que la misma se lleva a cabo en los puertos de Algeciras, Ceuta y Tarifa, coincidiendo con la fase de retorno de la operación Paso del Estrecho.

Es curioso como el rifirrafe comienza este fin de semana, cuando se pone en circulación, a través de las redes sociales, un video en el que no se refleja todo lo sucedido en el despacho del jefe superior de la Policía Nacional, hecho que es fácilmente comprobable. Basta con preguntar a los que allí estaban.

Pero está claro que los problemas entre los responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional por el asunto de Frontex tiene un calado más profundo. Para ello basta con citar el hecho de que un general de la Guardia Civil se dirige por escrito al director de la Agencia Europea de Fronteras criticando que no les inviten a reuniones de inteligencia dirigidas por un inspector de la Policía Nacional.

Según la información publicada por El Confidencial, la Guardia Civil habría dicho “basta”. Se siente maltratada y vetada por la Agencia Europea de Fronteras (Frontex). Y echa la culpa de esta situación a la Policía Nacional. La bronca ha llegado a altas instancias del Ministerio del Interior, con un ministro en funciones que está intentando templar los ánimos entre dos cuerpos que tienen un amplio historial de desencuentros. El general Juan Luis Pérez Martín, responsable de la Jefatura Fiscal y de Fronteras, ha mostrado este malestar en un dura carta, no exenta de cierta ironía, enviada el pasado 21 de diciembre de 2015 al actual director ejecutivo de la agencia que vela por las fronteras europeas, el francés Fabrice Leggeri.

Ante esta situación y en beneficio de todos, bueno sería que Interior dejara clara las funciones y los desencuentros se acabasen.