Opinión

Carta abierta a Javier Guerrero

Es posible que algunos no lo comprendan y menos en esta sociedad hedonista y nihilista que sufrimos, pero todavía somos muchos los que creemos que vivir con dignidad y mantener una reputación personal es una de las cosas más importantes de nuestras vidas.

Es más, todavía algunos creemos en ese sentimiento, casi olvidado, que llamamos honor, identificándolo con la bonhomía de las personas de valor. Porque este valor humano, es una de los aspectos más importantes de identidad personal, que nos diferencia de los animales. Así, el león es feroz, pero carece del valor humano del valor. Si... ese sentimiento que empuja a los hombres a sacrificarse para la defensa de los demás. Porque el sentido del valor y de la dignidad son solamente nuestros e individuales y de nadie más.

Sin embargo, estos sentimientos que precisamos para sentirnos bien con nosotros mismos, no son compartidos por algunos que tan solo procuran, siempre ocultos en el anonimato, satisfacer sus fobias y fracasos personales mediante el insulto o la calumnia a los demás. De esta manera, amparados en no ser conocidos escupen su veneno y odio a todo y a todos los que disfrutan de su dignidad, mediante fáciles calumnias e insultos soeces sin base alguna. Es el insulto y la injuria las   armas emponzoñadas que utilizan. Con ello se sienten más satisfechos que los cerdos revolcándose en su fangal de excrementos.

Estos días, hemos conocido por los medios con sorpresa, estupor y enfado a un ataque intencionado hacia la dignidad y bonhomía de un gran profesional de la medicina ceutí…Javier Guerrero. Si hemos sido participes de un hedor hediondo, que desde un cubil escondido una alimaña ha lanzado contra su honor y profesionalidad, intentando deshonrarle públicamente. Algo intolerable, que espero que la justicia descubra a su autor. Que este pague cumplidamente por ello, dando ejemplo a todos los demás aficionados al insulto para que midan sus actos, en la seguridad de que van a ser descubiertos. Desde estas líneas manifiesto mi más absoluto desprecio a todos ellos.

Pocos vemos en los anónimos comentarios que sus autores se muevan y expliquen con argumentos sólidos y reflexivos. La mayoría simplemente son descalificaciones e insultos, mostrando los instintos más repugnantes de los mediocres y descontentos que exhalan sus intersticios mas profundos. Pero bueno… ¡Esto es lo que hay…solo cobardía y mezquindad en el anonimato!

Bien, por Javier Guerrero al denunciarlo y acusarlo mostrando su mezquindad públicamente. Ahora solo cabe esperar la actividad policial para descubrir al autor de dichas calumnias. Porque hay que empezar a eliminar a estos insectos venenosos y sus emponzoñadas telas de araña, que enturbian la convivencia social. Estemos seguros que aparecerá el autor y que será publica su identidad.  Ese día nos sentiremos satisfechos todos los demás con la justicia. ¡Porque, la dignidad personal es una de las cosas más importantes que tenemos!         ¡Ah…y no cambies Javier, nos agrada como eres!