Opinión

Podemos y la nueva política

Siempre la curiosidad ha despertado mi interés, y como desde hace ya tiempo que se viene acuñando la expresión de “nueva política”, sobre todo por el grupo Podemos, forrado de redes sociales que tanta satisfactoria repercusión produce en algunos, y ante la tufarada de sorpresa que me sube a las narices, he intentado entender lo que significa verdaderamente eso de la “nueva política”, tan difícil de explicar. Porque ya, si mi corto entender me costaba saber lo que significa política, ahora me sueltan este nuevo concepto.

Siempre la curiosidad ha despertado mi interés, y como desde hace ya tiempo que se viene acuñando la expresión de “nueva política”, sobre todo por el grupo Podemos, forrado de redes sociales que tanta satisfactoria repercusión produce en algunos, y ante la tufarada de sorpresa que me sube a las narices, he intentado entender lo que significa verdaderamente eso de la “nueva política”, tan difícil de explicar. Porque ya, si mi corto entender me costaba saber lo que significa política, ahora me sueltan este nuevo concepto.

Digo que me costaba y cuesta entender el significado exacto de la palabra política, ya que es un concepto multívoco referido a la actividad humana. Ya que política en su significado amplio sería todo lo que el hombre hace desde que nace. Pero lo que me interesa en este artículo es cuando se define como el arte de gobernar, dar leyes y reglamentos para mantener la tranquilidad y seguridad públicas, conservando el orden y las buenas costumbres. En conclusión, bajo esta acepción, la política se refiere a la actividad de los políticos dirigida a regular nuestra vida en sociedad. ¡Es decir nada nuevo bajo el sol! Por eso, yo sigo sin comprender que es lo que puede haber de nuevo en ella.

Consecuentemente, y en lo referente a nuestros políticos, entendemos que su actividad política dependerá del ideario que determina su pertenencia a uno u otro partido, que a fin de cuentas es lo que votamos en las urnas. Esto les obliga a una gran dependencia y estructura interna. Aparecen así un presidente y los llamados aparatos internos, que estructuran verticalmente dichos partidos. Al tiempo que estos aparatos deben luchar por mantener contentos a los afiliados y militantes. Es decir, que todos giran los unos alrededor de los otros y todos dependen de la opinión pública de los ciudadanos. ¡A fin de cuentas todo depende del populismo! Lógicamente, la forma de presentar sus idearios y hechos serán los que determinen el triunfo o el fracaso de su hegemonía representativa entre las gentes. ¡Y para ello necesitan estabilidad institucional!

Es por ello que sigo sin entender qué es la “nueva política” salvo que se refieran a una interpretación personal del concepto populismo. ¡Algo nada nuevo en la historia! Luego esta vieja idea de populismo podemita que llaman ”nueva política” no significa más que el deseo de sacar de las instituciones políticas y democráticamente establecidas toda decisión, negándoles su representación popular para entregarla a los ciudadanos, mediante eso que conocemos como asambleas, grupos, círculos, mareas, etc. Es decir, acabar con la estructura piramidal de los partidos e instituciones para regirse por la opinión de todos de forma lineal, continua e inmediata. De esta forma sería la calle la que pueda decidir sobre todo y todos. Y esto depende casi con exclusividad de la prensa y  de la propaganda. ¡Adulación y coacción con palabras sin doctrina, que nos remiten al absurdo! Al menos, esto parece entenderse de las soflamas propagandísticas que continuamente nos bombardean desde los medios grupos como Podemos.

Porque verdaderamente todos estos aspectos los vemos en Podemos, herederos de esa antigua idea cuya corriente de pensamientos acerca de la propiedad de los medios de producción, distribución y cambio es la de considerar que deben ser administrados colectivamente por los propios ciudadanos organizados en grupos, asociaciones, mareas, etc., que a su vez y aunque independientes, estarían confederadas, autogestionando sus propios medios de producción. Y esta idea antisistema y anticapitalista es la que parece que nutre la idea de Podemos en su empeño de oponer a los ciudadanos con sus representantes políticos. De aquí su apoyo al aldeísmo del terruño que se muestra en el deseo de algunos cuando proclaman  la autodeterminación de los diferentes territorios de España y sumarse a lo que sea. Para hacerlo breve y fácil de entender: “Animan a las gentes para que buscando pan quemen las panaderías, ignorando que al final todos se quedarán sin pan y sin medios para fabricarlo”. Es decir, la revolución. Y para conseguirlo precisan de una inestabilidad institucional.

Creo que esto es la “nueva política” que estos muchachos, nacidos en los ámbitos universitarios, buscan al mantener un constante estado de indignación y rechazo a todo aquello que no provenga de ellos mismos. De esta manera no tienen necesidad alguna de establecer un verdadero ideario de gobierno, ya que toda la actividad de su “nueva política” se basa únicamente en la crítica y desprecio a todo aquello que los demás partidos decidan. Animan de esta forma a una constante algarada callejera como única idea de mantener viva una caótica indignación generalizada. ¡Ganar en la calle lo que se pierde en las urnas!

Y que no hablen de unión de las fuerzas progresistas para gobernar quienes carecen de ideología propia. Porque el socialismo (con el que no comulgo, por su idea de colectividad) siempre la tuvo y que, al menos en principio, simplemente busca un sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes. Porque socialismo implica una planificación y una organización colectiva consciente de la vida social y económica de toda la nación, nunca una federación de anárquicas comunidades o mareas. Y desde luego, nunca con “¡no es no!” que no sé qué política es esa. Todavía no es tiempo de hacer balance, pero precisan hacer frente a los problemas y recuperar su lenguaje. Esto espero que lo consigan en su próximo congreso. ¡Porque ellos también necesitan estabilidad institucional y al menos son congruentes!

Y tampoco me digan los podemitas que ellos son la “nueva política” ya que ésta consiste simplemente en un estado continuo de confrontación e insolidaridad que puede alcanzar tintes peligrosos para la convivencia social. ¡Y tampoco es una idea nueva! Y dado que no puede existir, según mi pequeña opinión, vieja o nueva política, creo que solo buscan un efecto propagandístico de rebeldía para poder expulsar a los políticos actuales que denominan casta y acceder ellos a los mismos sillones para seguir haciendo la misma política que los defenestrados. Así que se dejen de pamplinas con el absurdo de que ellos traen la “nueva política”, que ni existe ni significa nada para nadie salvo para el anarquismo.