Opinión

¿Prensa libre o prensa útil?

En estos últimos días se ha levantado una polémica en los medios de comunicación. El lider de Podemos ofendió gravemente a los periodistas, luego su compañera, una tal Bescansa, lo ha justificado manifestando la necesidad de abrir un debate sobre los medios de comunicación.

En estos últimos días se ha levantado una polémica en los medios de comunicación. El lider de Podemos ofendió gravemente a los periodistas, luego su compañera, una tal Bescansa, lo ha justificado manifestando la necesidad de abrir un debate sobre los medios de comunicación. ¡Bien! Y eso lo dice un grupo revolucionario de universitarios que ha crecido desmesuradamente gracias al populismo que dichos medios les han otorgado. ¡Nada nuevo bajo el sol! Se ve que cuando no les son favorables arremeten contra ellos, mientras se regocijan cuando atacan a otros. Sin duda, manejando un discurso politico que nunca se detiene. Son buenos precursores del pensamiento único y totalitario.

Pero en lo que sí estoy de acuerdo es en la necesidad de un debate sobre la libertad de prensa y los medios de comunicación, y por ello he procurado analizar cuales son los factores que intervienen en este debate sobre la información. Me explico: ¿la prensa es libre o simplemente útil?

Empecemos analizando algo que creo que para todos es evidente. Actualmente vivimos en una etapa histórica caracterizada por el espectacular desarrollo y la masificación de las tecnologías de comunicación electrónica de imágenes, textos y sonidos que ya  forman parte de nuestra experiencia cotidiana, y que están transformando las conductas humanas. Es tal la ingente información que se nos otorga, que apenas tenemos tiempo de analizarla y subjetivizarla, olvidándonos de que cuando se sabe de todo, si no lo asimilas interiormente, en el fondo no se sabe de nada. Es más, tanta información sustituye a la reflexión personal, ya que impide diferenciar, algo que los medios de comunicación intentan evitar forzándonos a ver tan solo una parte de la realidad.

Creo que todos estaremos de acuerdo en que todas las sociedades se han organizado del modo más provechoso para determinados propósitos. Así,  mediante la transmisión de información y su incidencia en la toma de decisiones se puede establecer una determinada forma de organización social. Es decir, que se puede imponer a los demás sobre qué opinar y sobre todo cómo hacerlo.

De esta manera las ideas se venden, como las ilusiones y tantos productos del mercado, dejando libre la argumentación demagógica del sofista donde no se diferencia entre la realidad o el engaño. Obligándonos a un reductivismo materialista de carácter ideológico, que en el plano reflexivo procurarán subordinar unilateralmente la toma de decisiones de la sociedad a sus propios intereses personales.

Y esto es lo que verdaderamente sucede. Nuestros medios de comunicación no son independientes, ya que en el fondo son verdaderas empresas mercantiles de beneficio. Aspecto éste que obliga a los editores a someterse a los intereses de aquéllos que mantienen el poder. Así, mediante subvenciones, bien por dineros dados o por medio de la llamada publicidad institucional, se sujeta y limita absolutamente la libertad de prensa. Porque no es nada fácil mantener un periódico, una radio o una televisión que sin la ayuda estatal están llamadas a quebrar. Lógicamente, ninguno de ellos se enfrenta a sus benefactores porque sí, aunque tengan que silenciar o tergiversar la verdad de la realidad. Finalmente sometidos al interés económico, solo publican lo que éstos últimos quieren y desean conforme a sus intereses, ayudándoles a permanecer en el poder

Esta conclusión me lleva a pensar que no existe libertad de prensa sino prensa útil sujeta a quien la maneja y mantiene. Y esto es lo que al grupo Podemos le ha molestado, no por estar en contra de este dominio de los medios, sino por su intento de ser ellos mismos quienes la manejen a su antojo, como corresponde a un partido revolucionario, totalitarista y antidemocrático. Ahí esta el ejemplo de la libertad de prensa de la Venezuela chavista o de la libertad de expresión en el Irán chií útil, tan anhelada por muchos. En fin, que cada vez abundan más los pijos plastas.