Opinión

Rebélate contra el acoso escolar

“Una adolescente se suicida tras sufrir acoso escolar”. “Condenados dos menores por acosar a una chica de 14 años que se suicidó en Gijón”. “Muere una adolescente que intentó suicidarse tras sufrir acoso escolar”. No puedo ni imaginar el dolor que produce la muerte de un hijo, y  mucho menos si esta se produce como consecuencia directa del sufrimiento insoportable infligido por quienes deberían ser compañeros de estudios, juegos y diversión. El acoso escolar es un maltrato cruel que recibe un niño con la intención de someterle,  intimidarle, amenazarle u obtener algo mediante chantaje y que atenta contra la dignidad del niño y sus derechos fundamentales.

“Una adolescente se suicida tras sufrir acoso escolar”. “Condenados dos menores por acosar a una chica de 14 años que se suicidó en Gijón”. “Muere una adolescente que intentó suicidarse tras sufrir acoso escolar”. No puedo ni imaginar el dolor que produce la muerte de un hijo, y  mucho menos si esta se produce como consecuencia directa del sufrimiento insoportable infligido por quienes deberían ser compañeros de estudios, juegos y diversión. El acoso escolar es un maltrato cruel que recibe un niño con la intención de someterle,  intimidarle, amenazarle u obtener algo mediante chantaje y que atenta contra la dignidad del niño y sus derechos fundamentales.

En el año 2012 se presentaron 316 denuncias en nuestro país relacionadas con lesiones, amenazas, vejaciones y trato degradante en el ámbito escolar, pero son muchísimas más las que no se denuncian ante las instancias competentes.  Un estudio publicado en la revista The Lancet Psychiatry concluye que las víctimas de este tipo de agresión son más susceptibles de padecer problemas de salud mental al llegar al final de la adolescencia que las personas vejadas por adultos, llevándolas a padecer cuadros de ansiedad, depresión y tendencias a autolesionarse o a tener ideas suicidas. En nuestro país, este tipo de conductas registran mayor incidencia en los últimos cursos de Educación Primaria y los primeros de la Secundaria.

El Observatorio Internacional de la Violencia Escolar señala que sufrir este tipo de violencia en el último periodo del desarrollo del menor supone un desequilibrio y un desgaste de la personalidad del sujeto en un periodo trascendental de su formación. Y si se prolonga en el tiempo, podría incluso destruir definitivamente  factores relevantes de la personalidad. Diferentes informes elevados por asociaciones de especialistas en la materia indican, que en las últimas décadas las sociedades occidentales han avanzado en la lucha contra el maltrato infantil, pero no tanto en el ámbito del acoso escolar. Sin ninguna duda, la injusticia siempre prevalece, hasta que las víctimas encuentran el valor para rebelarse contra ella.