Opinión

El Papa, Obama, la ONU y el medioambiente

Hasta hace bien poco todos los que, como en mi caso, defendíamos y a la vez tratábamos de concienciar a la gente del gran problema al que nos tendríamos que enfrentar de seguir por este sendero de la destrucción del medioambiente, éramos tachados de agoreros, radicales o alarmistas. Debemos aclarar que cuando hablamos de lo medioambiental nos referimos no solo a nuestro entorno natural sino también a aquél en el que nos desenvolvemos en nuestro día a día. Polución, ruido, olores de colectores, contenedores de  basura, residuos de todo tipo, material electrónico o coches serían algunos de sus elementos, debiendo tener muy presente que la materia no se destruye, solo se transforma.

Hasta hace bien poco todos los que, como en mi caso, defendíamos y a la vez tratábamos de concienciar a la gente del gran problema al que nos tendríamos que enfrentar de seguir por este sendero de la destrucción del medioambiente, éramos tachados de agoreros, radicales o alarmistas. Debemos aclarar que cuando hablamos de lo medioambiental nos referimos no solo a nuestro entorno natural sino también a aquél en el que nos desenvolvemos en nuestro día a día. Polución, ruido, olores de colectores, contenedores de  basura, residuos de todo tipo, material electrónico o coches serían algunos de sus elementos, debiendo tener muy presente que la materia no se destruye, solo se transforma.

La cuestión es que, por lo general, todo lo relacionado con este tema lo vemos como algo lejano, directamente relacionado con cuatro filántropos o “frikis” que no tienen otra cosa mejor que hacer que dar un rato la lata con todo este asunto. Al parecer, la gran mayoría está mas preocupada en la cuestión puramente material, en el deseo de satisfacer sus necesidades a través de un consumo compulsivo que la mayoría de las veces es totalmente incompatible con la conservación de nuestro entorno más inmediato, sin tener en cuenta que los plásticos, cartones, vidrios, pilas o baterías son de difícil destrucción, manteniéndose agresivos para el medio por periodos inclusos superiores a los cuatrocientos años. Ahora bien, tampoco es curioso ver como a algunos, cuando se les hace la apreciación, acuden raudos en hacer suyo aquello de “ojos que no ven corazón que no siente” sin reparar que hay cosas que sin verse son aun más perniciosas para nuestra salud que aquéllas que creemos ver.   

De hecho, solo basta con echarle un vistazo a la prensa para comprobar la importancia y calado político que tiene todo este tema del medioambiente en las agendas de personalidades  mundiales de la relevancia del Papa o del presidente de potencias planetarias como Estados Unidos o Rusia. En lo que a lo nacional se refiere, la cuestión aún no ocupa las primeras páginas de las agendas políticas, aunque no es menos cierto que esta tendencia está cambiando de un tiempo a esta parte. Aun así, todavía deja mucho que desear sobre todo en lo concerniente a la prevención de incendios, gestión de cementerio nucleares, control de emisiones tóxicas, vertidos en ríos y mares, gestión de residuos y basuras y muchas otras cuestiones más. Aquí  hay mucho por hacer y mucho más compromiso político que asumir.

En lo que a nuestra ciudad respecta, seguimos suspensos y parece que esto va para largo. Vertidos de la planta de CEPSA que no cesan, incendios forestales que calcinan cada vez más y más hectáreas de nuestras ya de por sí escasas zonas verdes o una deficiente gestión de residuos urbanos que irían desde el desastre en la limpieza y recogida de basuras a la endémica presencia de escombreras ilegales derivadas de obras sin licencia que, por lo general, acaban ubicadas en los lugares más recónditos de nuestros maltrechos montes, serían algunos de esos puntos negativos.

Para concluir, me gustaría suscribir lo que el astrofísico, cosmólogo y divulgador Stephen Williams Hawking afirma cuando prevé que el futuro de la humanidad no está en este planeta, de ahí la importancia que esta eminencia científica le da a la exploración del cosmos en su intento en localizar otros planetas donde a largo plazo pueda ser factible la vida. Habremos de tomar nota, pues no quedará otro remedio si no cambiamos nuestra actitud para con el medioambiente.