Estamos ya en el pico y comenzando la bajada de la famosa curva. Al menos eso dicen los expertos en epidemiología responsables del control de esta pandemia que nos está tocando soportar “encerrados" en nuestros domicilios. Mucho se está hablando de los aciertos o errores de expertos y Gobierno, que los hay, en el tratamiento de la epidemia. Mucho es el daño que el maldito bichito está dejando en el camino, el más importante, la cantidad de pérdidas humanas y contagiados hasta hoy.
Tiempo habrá cuando termine este mal sueño de pedir responsabilidades si las hubiere, pero entonces, no ahora
Después vendrá cómo levantar los ánimos de la gente y reparar el daño económico y social ocasionado en la estructura del Estado, en las pérdidas de empleos y destrucción del tejido empresarial por cierre de empresas.
Parece que en un principio, la reacción del Gobierno para paliar en lo posible este desastre ha sido adoptar medidas en apoyo a las empresas con los ERTES, las ayudas a los autónomos y otras que se implementarán. Aun cuando no solucionan los problemas que se han presentado, sí que lo atenúan en parte.
La Comunidad Europea, con la aprobación de ayudas, deberá demostrar en estos momentos el porqué de su existencia.
Queda un largo camino aun cuando parece ser que con el conocimiento adquirido de experiencias como el desarrollo de la pandemia en China e Italia y la propia del resultado de las medidas adoptadas en nuestro país, estamos en el camino de derrotar al virus.
Y paso a tratar el tema del título del artículo.
Lazaretos o, como lo llaman en China, Arca de Noé se denomina a los lugares donde se aísla a los contagiados leves por el virus para su cuarentena, control y curación.
Ahí permanecen aislados con el fin de no propagar el virus, y parece que en China y Corea han dado buenos resultados.
El Gobierno está buscando lugares, llámese hoteles, residencias, etc, para que los casos leves sintomáticos o asintomáticos pasen la cuarentena en estos locales en vez de en sus domicilios con el fin de no contagiar a sus familias y tener un mayor control de la propagación de la enfermedad y un menor riesgo de contagio.
Esto se encuentra con lagunas jurídicas por presuntamente conculcar algunos derechos fundamentales y no quedar claro que el estado de alarma faculte al Gobierno para ello, aun cuando la LO 3/1986 de 14 de abril sobre Medidas Especiales en Materia de Salud Pública sí podría aplicarse en estos casos ya que faculta al Gobierno en el control y aislamiento de enfermos en caso de pandemias y que puedan contagiar a otras personas.
Ante esto se da a entender que se van a poner estos locales a disposición de las personas contagiadas para que voluntariamente se puedan aislar y pasar la cuarentena fuera de sus domicilios en casos como:
-Que en el domicilio convivan personas mayores, niños, embarazadas u otras personas de riesgo.
-Que por las dimensiones reducidas de las viviendas y el número de personas que en convivan sea imposible cumplir con el aislamiento del contagiado.
En la responsabilidad y sentido común de los contagiados queda aislarse voluntariamente en estos centros que la administración ponga a su disposición, descargando de la responsabilidad, tensión y peligro de contagio a sus familiares.
Pero todo esto no tendría sentido sin que se hiciera un testeo masivo para descubrir las personas contagiadas que son asintomáticas y que, al no tener conciencia de su contagio, no están aisladas y son un foco de propagación del virus.
Ésta es una visión de cómo se está viviendo ésta situación de pandemia que tanto dolor ha causado en muchas familias, cuatro de ellas de nuestra ciudad.
Lo que sí queda claro es que queda un largo camino por recorrer y ahora estamos en el momento de arrimar el hombro y dejar los intereses particulares y partidistas para otra mejor ocasión.
Información y transparencia harán que podamos soportar este encierro con un mejor estado de ánimo y que podamos cumplir las indicaciones de las autoridadescon mayor conocimiento de la realidad.
#quedateencasa.
#entretodospodemos.
