Opinión

El racismo contra Nico Williams es denunciado y el que sufre el Ceuta, ignorado ¿por qué?

El racismo en el fútbol no es un problema nuevo, pero la forma en que se maneja el protocolo ante un delito de odio puede variar enormemente. Mientras que los cánticos racistas contra Nico Williams son denunciados, los insultos que los jugadores y aficionados de la AD Ceuta recibieron en Murcia son ignorados por su Policía Local y el delegado federativo 

Recibimiento de la AD Ceuta en la 'Nueva Condomina'
photo_camera Recibimiento de la AD Ceuta en la 'Nueva Condomina'

Mientras LALiga denunciará este lunes, ante el Fiscal Delegado de delitos de Odio de Madrid, los cánticos racistas vertidos sobre Nico Williams en el Cívitas Metropolitano, los insultos que jugadores y aficionados de la AD Ceuta recibieron, y siguen recibiendo, por parte de aficionados del Real Murcia pasará sin pena ni gloria para el delegado federativo de la Real Federación Española de Fútbol.

Y no son los referidos a “puta Ceuta” sino al cántico orquestado y generalizado a la entrada del estadio 'Enrique Roca' con un “Ceuta es de los moros”. A voz en grito y frente a un nutrido cordón policial, un numeroso grupo de aficionados, amparados en la masa (y en otras cosas) coreaban ese “Ceuta es de los moros” lanzado como un agravio y un insulto, de poca cultura y menos altura de miras.

Sí, los naturales del norte de África son moros, y todos los nacidos en Ceuta son norte africanos, pero con la actitud de lanzamiento de objetos se sobreentiende que no se trataba de un cántico de índole antropológico.

Moro es una palabra de la época romana en la que a la población del norte de África, Mauretanea, se la denominaba maurus. Una palabra viejuna, que en principio no era racista, pero su uso cotidiano, pero ya no se usa en el entorno de los antropólogos, es generalización o de forma peyorativa usada para designar a cualquier persona con tez oscura y que se cree que profesa la fe islámica, sin pensarlo dos veces.

Pero los jugadores y los aficionados ceutíes desplazados, hasta la 'Nueva Condomina', no son Nico Williams, porque la Policía Local de Murcia no identificó a los aficionados del Real Murcia que proferían estos cánticos, como sí hizo la Nacional con el aficionado que vertió cánticos racistas contra Nico Williams.

"No es normal que todavía insulten por tu tono de piel. He ido a sacar el córner y he escuchado sonidos de mono. La verdad que han sido pocos. Gente tonta hay en todas partes. No pasa nada", comentó Nico Williams en la entrevista post partido, pero sí pasa porque no todos somos Nico Williams. Hay mucho energúmeno suelto alrededor de los equipos de fútbol, que se sienten totalmente impunes, arropados por el grupo y sus bufandas, a la hora de insultar.

Durante la semana y en redes sociales, un aficionado forraba con jamón un móvil asegurando que así no se lo robarían en el campo durante el partido del Ceuta, señalando a los aficionados ceutíes que tenían la intención de viajar a Murcia de ladrones. Por esto sí que pasa, Nico Williams, porque gritar "uh, uh" es racismo pero gritar "jamón, jamón", no lo es.

Pero no es culpa del jugador del Athletic Club. Lo es de los responsables de seguridad, tanto del delegado federativo de la Española en el 'Enrique Roca' (porque los aledaños del estadio también se encuentran en su área de influencia), como del concejal delegado de Seguridad Ciudadana, Fulgencio Perona Paños, responsable último de la seguridad, porque los efectivos de la Policía Municipal en la capital del Segura estaban de brazos cruzados, con los oídos taponados y mirando hacia otro lado, inmunes a la situación ante los cánticos de “Ceuta es de los moros”. El protocolo de Delitos de Odio no debe funcionar en Murcia.