Dicen que el tiempo es oro, pero, como en todo, depende del color con el que se mire, porque, para según quien, el tiempo de quienes trabajamos en prensa vale bien poco.
Los que nos dedicamos a contar cosas somos pacientes, muy pacientes, y aprendemos a fomentar la capacidad de esperar, pero el que espera, desespera y hambre y esperar, hacen rabiar.
Todo esto viene a cuento de un pasacalles, convocado por Festejos a las seis de la tarde de este viernes, en los Remedios.
Los medios de comunicación, como un reloj suizo, han acudido a la cita antes de la hora señalada -por aquello de no llegar tarde, que ya se sabe que si un 'juntaletras' se retrasa, malo-, pero los niños también estaban a su hora en los Remedios esperando el pasacalles de Halloween. Y han esperado y esperado, más de media hora -por ser benévolos-.
Una disculpa por el retraso no hubiera estado mal, pero no una excusa porque –a quien corresponda- no se tarda casi una hora desde el Teatro del Revellín a los Remedios.
Pero es que la tarde de este viernes ha sido una birria, en cuanto a la organización de actos.
A las 19:30 horas se debía inaugurar el alumbrado especial de las Murallas Reales para conmemorar el Día Mundial del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), de color naranja y para sorpresa de todos, el alumbrado no era naranja, era verde.
Alguien olvidó cambiar el color de las luces.
Otra espera para los niños y sus familias y en este caso en más doloroso porque los niños con TDAH no toleran demasiado bien las esperas, y han tenido que esperar una hora para ver las Murallas de color naranja.